El Cristo negro denominado
comúnmente Señor de Esquipulas es la representación del Crucificado en el
momento de su muerte en la Cruz, es originario de la región de Chiquimula en el
actual país de Guatemala. Su veneración se ha constituido desde hace ya 400
años por un sinnúmero de personas que han recibido de él, enormes gracias
extraordinarias, favores, curaciones y milagros.
Desde la llegada a Teapa el 14 de
enero de 1779 quedó identificada y profundamente arraigada la devoción al
Cristo, de ésta imagen fundadora no tenemos dato alguno de su pervivencia en
Teapa y si logró cruzar el siglo XIX en los constantes vaivenes vividos en la
provincia a favor de la Independencia y los ataques extranjeros causados por
las intestinas invasiones de otros países. Sin embargo, ante los datos
referidos por otros viajeros podemos tener una idea de cómo era esta imagen: “siete pies de largo, negro como el carbón, y
cubierto de heridas semejantes a emplastos de lacre. Este monstruoso ídolo
tiene la cabeza cubierta con una enorme peluca rubia de mujer, que hace un
contraste de los más grotescos con el cuerpo de ébano del hijo de Dios y su
gesticulante rostro.” Sin duda esta visión de un visitante alemán nos
detalla cómo estaba originalmente la escultura de Esquipulas.
El paso del tiempo habiendo
deteriorado la imagen, fue necesaria reemplazarla con otra, también originaria
de Guatemala, pues siempre se ha identificado éste país por sus tallas
artesanales en la elaboración de imaginería religiosa. Ésta última talla fue
quemada durante el garridismo y su cruz aún se conserva en una localidad
cercana a Teapa perteneciente al vecino estado de Chiapas. La última que
poseemos actualmente fue una donación realizada por don Lorenzo Mollinedo a la
iglesia del barrio para remplazar aquella que fue quemada por los
anticlericales.
Las festividades mismas dieron
origen a las ferias de barrio, mismas que apoyadas por los Ayuntamientos daban
un aspecto recreativo al pueblo y servía asimismo como centro comercial donde
llegaban de diversos lugares vendedores trayendo sus productos para efectuar el
intercambio, trueque o venta.
Esquipulas como primer barrio de la
ciudad de Santiago de Teapa fue también un centro social donde convivieron
diversas culturas emanadas de su identidad histórica, a saber: los indígenas
zoques que trabajaron mucho por las festividades religiosas especialmente la de
mayo; los negro, pardos y mestizos hicieron lo propio con la festividad de
Esquipulas y las familias de hacendados y ricos comerciantes transformaron la
fisonomía del barrio aportando económicamente para la edificación de casas y la
misma Iglesia.
Año con año la fiesta de Esquipulas
ha sobrevivido a los cambios del tiempo, de ideologías, de pastoral y forma,
pero su esencia permanece aún en las personas que se acercan a vivir todo los
nueve días de peregrinación, oración y celebración en recuerdo y sin él de una
peregrinación histórica desde hace 238 años llegada a éstas tierras teapanecas.
Lic. Eddy Lorenzo González Jiménez, historiador.
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