En nave lateral izquierda
del templo parroquial de Santiago
Apóstol se localiza una pequeña urna que contiene los restos de un cristo quemado durante la persecución religiosa de 1934. Esta imagen es conocida como el
Milagroso Señor de las Lluvias que
durante la época colonial cobró mucho auge, llegando a tener en el siglo XVIII
una cofradía que estaba a cargo de su
culto y veneración, era el crucifijo central del antiguo retablo de madera del
templo, medía cerca de dos metros de alto y estaba colocado sobre una cruz de
madera labrada con incrustaciones de relieve y algunas joyas de oro y piedras
preciosas, la peana estaba en el nicho central superior encerrado en cuatro
pilastras jónicas con una plataforma curva que daba aspecto de pequeño
embovedado, era de un color moreno sin llegar a ser negro, más bien mestizo,
era originario de la Almería en España donde existe un famoso santuario local
dedicado a su culto cuya celebración era efectuada el 14 de septiembre.
Su devoción superó las expectativas del siglo XX y en los
primeros años del 1900 se decía que cada rogativa dedicada al Santo Cristo era
escuchada, por eso se le invocaba mucho en tiempos de sequía, al
momento mismo de sacarlo en andas por las calles, no
tardaba mucho en entrar al templo y desatarse los fuertes aguaceros aunque el
pleno sol estuviera en su máxima potencia.
Por eso las personas solían llevar paraguas durante el
recorrido, se cuenta que un oficial mayor avecindado en Teapa a principios del
siglo XX durante el porfiriato, se quedó de pie
en la entrada del templo y miró con asombro cómo el cielo se nublaba aún con el
intenso sol terminada la santa misa, y comenzaban a caer los torrentes de agua y los fuertes vientos.
La imagen original fue
quemada en 1915 por órdenes de Francisco
J. Múgica que tomó el templo parroquial como cuartel militar para la tropa, el
testimonio es sorprendente al momento de quemarse, unidas todas las imágenes
para la chamusquina y rociadas con petróleo para encender así la hoguera, el
fuego no tocó el más mínimo el cuerpo de la imagen y a vista de todos empezó a
elevarse poco a poco ante los atónitos ojos de los teapanecos y de esta manera
subió al cielo hasta perderse entre las nubes, después de todo este suceso y la
prohibición de mencionar tal milagro, la gente decía ver al Cristo en medio de
una piedra en el río Teapa donde ahora es la famosa poza del convento y éste
los llamaba, pero por temor nadie se acercaba a la piedra donde estaba.
Se realizó una copia
exactamente igual a la desaparecida que posteriormente durante el gobierno de Tomás Garrido Canabal se organizó otra quema de imágenes oficiada por la madre del poeta y
receptor de rentas en Teapa Raúl Zepeda Santa Ana donde la réplica ardió en
fuego en el año de 1934, tocó la
banda del estado con asistencia del propio gobernador y presidente municipal
Obelio P. Sala C., siendo rescatado el torso entre las cenizas a riesgo de ser
pasado por las armas y es el que aún puede verse y venerarse en el templo,
mismo que el Pbro. Modesto Carrera Cardo introdujo cuando el templo volvió a
funcionar como sede parroquial.
Por esa razón, la conseja
es, si quieres ver llover en tiempos de calor,
saca al Cristo de las Lluvias al
sol.
Lic. Eddy Lorenzo González Jiménez, historiador.
Felicidades Eddy. Es muy importante dar a conocer por este medio la historia de Teapa. Saludos
ResponderBorrarAquellos que amamos nuestra tierra y la conocemos, deseamos también que otros la amen y la conozcan, saludos.
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