jueves, 23 de mayo de 2019

LOS ANTECEDENTES DE LA FUNDACIÓN DE LA DIÓCESIS DE TABASCO

1518-1864. Primera parte.


El gobierno eclesiástico y territorial en la entidad tabasqueña a lo largo de su desarrollo histórico se ha transformado muchas veces, segregándose y agregándose territorios sin una uniformidad concreta conforme a las disposiciones de los prelados que gobernaron las mitras a las cuales Tabasco perteneció, y al no tener límites establecidos provocaban un sinnúmero de conflictos con los obispados colindantes que deseaban obtener los diezmos y limosnas del territorio tabasqueño para las prebendas y canonjías de sus respectivas catedrales y curatos, la única forma justa que veían los habitantes españoles de la provincia era obtener de la corona y de la Santa Sede la fundación de un obispado que pudiera resolver estas problemáticas.

En el principio… las necesidades…

            Con la bula “Sacri Apostolatus Ministerio” del 24 de enero de 1518 el Papa León X a petición del emperador Carlos V, quedaba fundado el Obispado de Yucatán y Santa María de los Remedios, conocido como Carolense,[1] cuya delimitación se plantearía de forma imaginaria ya que infortunadamente no se conocían aún los terrenos donde se establecería dicha jurisdicción episcopal y los pueblos donde aparentemente se asentarían, se encontraban sin someter a la corona, era el inicio de una conquista y colonización que tardaría más de un cuarto de siglo en lograrse.

            Al fundarse este obispado Carolense no se tomaron en cuenta las particularidades del terreno y se lanzó al acomodo de esta sede sin una visión clara de la realidad geográfica del territorio yucateco, por ello se vieron precisados a trasladar la catedral a Tlaxcala donde surtiría efecto la citada bula el 13 de octubre de 1525 y a la cual pasaría la naciente provincia de Tabasco a depender en lo jurisdiccional y espiritual.[2] El atender material y espiritualmente a la población indígena de la provincia tabasqueña fue un problema que desafortunadamente no se pudo resolver inmediatamente, ni después de tres siglos de dominio español.

Fray Bartolomé de las Casas, OP, Obispo de Ciudad Real de Chiapa, el primer obispo que cruzó por el territorio tabasqueño y del cual se conserva su itinerario de viaje. Propiedad de Félix Parra, 2019.

            La necesidad de evangelización, sometimiento y colonización fue un proyecto general en todas las provincias, Tabasco que largamente nos ocupa, enfrentó el problema de escases de material constructivo para asentarse y radicar, la situación climatológica (calor, lluvias, etc.), la gran dispersión de poblados en toda la provincia y los únicos medios para acercarse eran los grandes y caudalosos ríos; la insalubridad, las epidemias y otros factores, fueron los continuos dolores de cabeza que para los pocos españoles que en busca de tierras para la ganadería y la agricultura, se quedaron a habitarla. El Ilmo. y Rvdmo. Sr. Dn. Fray Bartolomé de las Casas, O.P. en 1545, fue el único Obispo que durante esa época atravesó parte del territorio para ir a tomar posesión del Obispado de Ciudad Real de Chiapa de los Españoles que recientemente se había fundado el 19 de marzo de 1538 y a pesar de que Chiapa cargaba con el territorio de la provincia mínimamente fue lo que se hizo en su favor.

            La visita que realizó el Obispo Las Casas sirvió para que se dieran cuenta de la realidad que estaba viviendo la provincia en el área espiritual cuya atención era realmente urgente, por ejemplo, los conquistadores y gobernantes se encontraban equivocados al pretender que los indígenas se convirtieran espontáneamente a la fe con sólo destruirle los ídolos y haberles ocasionado gran mortandad, él comentaba que ni los indios entendían, ni ellos a los indios y en siete u ocho días no podrían comprender todos los misterios de la fe.[3] Esta experiencia misionera de Fray Bartolomé cuajó en la idea de fundar varios obispados en su territorio episcopal cuyas extensiones eran comparables con los de México y Perú, su petición se elevó al príncipe Felipe de España para que se le descargara el poder atenderlas, y que asignara a otros para ofrecerles una mejor labor pastoral, cosa en la que él se veía imposibilitado por los constantes asuntos públicos en los que estaba comprometido.[4]

Esta petición se unía a la que años antes en carta del 10 de junio de 1532 el presidente de la Segunda Audiencia, Ilmo. y Excmo. Sr. Dn. Sebastián Ramírez de Fuenleal, Obispo de Santo Domingo enviaba al emperador Carlos V para que se fundase varios obispados, entre ellos el de Guazacualcos que tendría a cargo la provincia de Tabasco, desafortunadamente fue un intento frustrado ya que a pesar de la aceptación del soberano dos años después con la Real Cédula del 20 de febrero en la que presentaba a Fray Francisco Jiménez como obispo, éste fallece sin haber llegado a obtener las bulas respectivas de su institución episcopal.[5]

Ilustrísimo Señor Doctor Sebastián Ramírez de Fuenleal, Obispo de Santo Domingo y La Concepción, Presidente de la Segunda Audiencia de México. Grabado en un libro de cuentas, 2019.

            A pesar de la notable refundación del Obispado de Yucatán el 16 de noviembre de 1561, la situación con respecto a la provincia tabasqueña no mejoró en lo más mínimo, los obispos que realizaron la visita pastoral muy poco favorecieron estas iglesias, los escasos sacerdotes visitaban de cuando en vez a su feligresía diseminada por todo el territorio y su delimitación territorial estaba fraccionada, por ejemplo, el cantón territorial del actual municipio de Huimanguillo pertenecía a la mitra de Antequera en Oaxaca, los diezmos de la región serrana (atendida principalmente por los padres dominicos que residían en el convento de Tacpatán) estaban en disputa con el obispado de Chiapa que durante la segunda mitad del siglo XVI y hasta finales del XVII se mantuvo en litigio con el obispado de Yucatán.

Tabla de Obispos que pasaron a Tabasco en plan de visita y de pastoral.

AÑO
VECES
PRELADO
DIÓCESIS
1535
1
Visitador del Obispo de Tlaxcala, P. Juan Revollo
Tlaxcala
1545
1
Fray Bartolomé de las Casas, OP*
Chiapa
¿1551?
1
Fray Tomás de Casillas, OP
Chiapa
1564  y 1569
2
Fray Francisco Toral, OFM**
Yucatán
1575
1
Fray Diego de Landa Calderón, OFM
Yucatán
1632
1
Fray Gonzalo de Salazar, OSA***
Yucatán
1665
1
Fray Luis de Cifuentes y Sotomayor, OP
Yucatán
1681
1
Juan de Escalante Turcios y Mendoza****
Yucatán
1683 y 1687
2
Juan Cano y Sandoval
Yucatán
1697
1
Fray Antonio de Arriaga y Agüero, OSA
Yucatán
1710
1
Fray Pedro de los Reyes Ríos de la Madrid, OSB*****
Yucatán
1718 y 1728
2
Juan Leandro Gómez de Parada Valdés y Mendoza
Yucatán
1732
1
Juan Ignacio María de Castorena y Urzúa de Villarreal
Yucatán
1746 y 1752
2
Fray Francisco de San Buenaventura Martínez de Tejada y Díez de Velasco, OFM
Yucatán
1764 y 1770
2
Fray Antonio Alcalde y Barriga, OP
Yucatán
1774
1
Diego Bernardo de Peredo y Navarrete
Yucatán
1777
1
Antonio Pascual de San Pedro de Alcántara Caballero y Góngora
Yucatán
1782
1
Fray Luis Tomás Esteban de Piña y Mazo, OSB
Yucatán
1804
1
Pedro Agustín Estévez y Ugarte
Yucatán
1835
1
José María Antonio Mariano Francisco de Paula Guerra y Rodríguez Correa
Yucatán
1865
1
Carlos Manuel Ladrón de Guevara
Chiapas
1870
1
Germán Ascensión Villalvaso y Rodríguez
Chiapas

* OP: Orden de Predicadores      ** OFM: Orden de Frailes Menores      *** OSA: Orden de San Agustín   
**** Clérigo Secular o Diocesano         ***** OSB: Orden de San Benito.

Fuentes: Carrillo y Ancona, Crescencio: El Obispado de Yucatán…; Andrade, Vicente de P.: Noticias biográficas de los Ilmos. Sres. Obispos de Chiapas…; Rico Medina, Samuel: Los predicamentos de la fe…


            El notable gobernante de Yucatán, Diego de Quijada pidió en 1564 a Felipe II que se fundase un obispado que agrupara los territorios de Coatzacoalcos, Veracruz y Tabasco y que la catedral se asentara en éste último sitio, ya que consideraba a Veracruz como una tierra enferma, además el acopio de diezmos sería mayor, unido a la numerosa presencia de religiosos. Además presentaba como candidatos a fray Domingo de Tineo de la orden de Santo Domingo y a fray Antonio Quijada de la orden de San Francisco. Como había sucedido con fray Francisco Jiménez, fray Domingo de Tineo había sido elegido obispo, pero fallece en Puebla en 1567, al año siguiente don Martín Enríquez de Almanza que llegaba como Virrey de la Nueva España traía la respectiva bula de su institución. Lo que sí había de seguro en las intenciones de Quijada eran las profundas divergencias entre él y el obispo De Toral.[6]

            Los últimos intentos en pedir un Obispado en el siglo XVI, salieron de las plumas tanto de autoridades civiles y como de las eclesiásticas; la primera respondía efectivamente a una realidad sociopolítica, como el caso del gobernante Nuño de Chaves de Figueroa en 1592, que buscaba la independencia política de Yucatán y veía un buen negocio en desprenderse de ella en esta forma, evitando la salida de grandes cantidades de diezmos e ingresos de capellanías.[7] La segunda a una necesidad puramente pastoral, el religioso fray Pedro Suárez de Escobar (probablemente franciscano) escribía al Rey en 1577 renovando las viejas peticiones de Fuenleal y Las Casas, que fundara algunas mitras como Chilapa, Goazacualcos y Meztitlán y que fueran encargadas a los religiosos. Pero no fue respondida esta solicitud hasta 30 años después cuando el Rey Felipe III se carteaba con el Arzobispo de México, Ilmo. y Excmo. Sr. Dr. Dn. Pedro García de Santa María Mendoza y Zúñiga el 24 de mayo de 1606 sobre la factibilidad de crearlas, sin obtener en nada resultados favorables para la provincia.[8]

La administración eclesiástica mantenida por Yucatán estaba delegada por el Obispo en un vicario in cápite (elegido por el cabildo catedral) y a su cargo un número de sacerdotes del clero regular y secular que prestaban el servicio en las pocas parroquias de la provincia de Tabasco, que a pesar de su extenso territorio se encontraba completamente reducida, éstas abarcaron hacia finales del siglo XVIII los 8 pueblos y sus anexos en que estaba dividida políticamente, a decir: San Juan Bautista de Villahermosa, Teapa, Cunduacán, Jalpa, Macuspana, Nacajuca, Jalapa y Tacotalpa, en total 8 parroquias.[9]

            Ya a principios del siglo XIX, el olvido de la provincia hizo eco en el cura de Cunduacán, José Eduardo de Cárdenas y Romero que siendo diputado constituyente por la provincia de Tabasco en las Cortes Generales y Extraordinarias de Cádiz en España en 1811, presentó su Memoria a favor de la Provincia de Tabasco donde elevó las necesidades que en lo civil y eclesiástico requerían un remedio urgente. Solicitó a su Majestad la fundación del Obispado de Tabasco para que se atendiera debidamente a cada uno de los feligreses tabasqueños y todas las parroquias que se encontraban en plena decadencia material y espiritual a causa del mal servicio pastoral por parte de los prelados yucatecos.[10]

Pbro. Dr. José Eduardo de Cárdenas y Romero, cura párroco de Cunduacán, Tabasco y Diputado por la Provincia de Tabasco a las Cortes Generales y Extraordinarias de Cádiz. Propiedad de Alfonso Bouchot.

Con la consumación de la independencia con respecto a la Metrópoli en 1821, la provincia de Tabasco se eleva a categoría de Estado gracias al Acta Constitutiva de la Federación Mexicana de 1824 y se establece la formación de un Congreso local, mismo que años después, el 22 de febrero y 10 de marzo de 1829 darían un célebre decreto no. 24 que con 4 capítulos y 21 artículos rompería imaginariamente las relaciones entre la mitra yucateca y la iglesia tabasqueña,[11] en esta disputa relucieron a la par con los gobernantes y diputados (entre los que se encontraba el hermano del vicario, el diputado Miguel Quiroga), el Vicario in cápite José Eugenio Quiroga y su teniente de cura José María Alpuche e Infante que por su participación no tardaron en ser reprendidos en una Carta Pastoral y un Oficio dictado por el Gobernador de la Mitra sede vacante José María Meneses, solucionándose así este conflicto por el dominio del poder eclesiástico, no sin antes advertirles que si deseaban un obispado en Tabasco deberían atender primero a la solicitud necesaria de la Santa Sede Apostólica y de la Mitra yucateca.[12] Este suceso estaba notablemente inspirado en las anteriores declaraciones del cura Cárdenas y la situación política convulsa que estaba viviendo tanto el país como el estado en asuntos religiosos.

Prácticamente casi todo el siglo XIX, fue una lucha constante entre el clero (Iglesia) y el gobierno (Estado), la síntesis de sumisión y repulsión, Tabasco en su liberalidad, pudo conjugar la catolicidad y la política de una forma armónica, prueba de ello era el crecimiento de las parroquias, que suponía igualmente el poblacional en las municipalidades. Además, el Vicario in cápite fray Eduardo de Moncada, OFM estaba aliado al gobierno liberal por conveniencia política o por el temor a las represalias ocasionadas por las famosas Leyes de Reforma que estaban empezando a surtir efecto a lo largo y amplio del territorio mexicano. Para 1857, eran ya 10 las parroquias diseminadas en todo el territorio, en la Constitución de ese año el cantón de Huimanguillo pasaba definitivamente a Tabasco pero no su parroquia que aún seguía sujeta a Antequera. Las parroquias eran todas las anteriormente mencionadas, las de Usumacinta y Frontera que había adquirido ya categoría de parroquias.[13] Esta era la panorámica que presentaba la Iglesia tabasqueña para el comienzo de las gestiones del Obispado.

Carta Pastoral de Gobernador la Mitra de Yucatán al Vicario in Cápite del Estado de Tabasco en contestación al oficio con que acompaña un ejemplar del decreto N. 24 de aquella H. Legislatura. 1829. CAIHY, Biblioteca Crescencio Carrillo y Ancona, Fondo Reservado, Coloc. 253.09C37 – 1829.

Lic. Eddy Lorenzo González Jiménez, historiador.




[1] Esta cuestión del Obispado Carolense fue muy discutida en el siglo XIX por Carrillo y Ancona en su obra El Obispado de Yucatán y por Molina Solís en su contestación histórica El primer obispado de la nación mejicana.
[2] En la Real Provisión del 19 de septiembre de 1526 el emperador Carlos manifiesta sus deseos de que los límites del Obispado abarquen: “… la Provincia Tlaxcaltechle inclusive, y San Juan de Ulúa que confina con Aguas Vertientes, hasta llegar a Matlata e inclusive, y la Villa-Rica de Vera-Cruz, y la Villa de Medellín con todo lo de Tabasco, desde el río Grijalva hasta llegar a Chiapas.”. Carrillo y Ancona, Crescencio: El Obispado de Yucatán…, p. 56. Las problemáticas que surgieron sobre los territorios, jurisdicciones y las fundaciones de los obispados durante los siglos XVI al XVIII pueden verse en el excelente artículo de De la Torre Villar, Ernesto: Erección de obispados…, p. 1-61.
[3] Rico Medina, Samuel: Los predicamentos de la fe…, p. 46.
[4] En un lugar del hoy país de Honduras llamado Gracias a Dios el 9 de noviembre de 1545, el Obispo Las Casas le decía al Príncipe Felipe (luego Felipe II) que: “… me haga merced de descargarme de la ciudad de Chiapa y de Soconusco y de Yucatan… y haga obispos de Chiapa a otro, y de Tavasco y Guacaquialco a otro, y de Yucatan a otro, y de Soconusco a otro…”. Motivado por la enorme extensión territorial que pastoreaba, por no estar sometidos muchos pueblos indígenas y por los constantes conflictos que tenía con los encomenderos de Ciudad Real y otros pueblos. Aviña Levy, Edmundo (edit.): Cartas de Indias, Tomo I. Artículos Metálicos ELE. México, 1970, pág. 36.
[5] Vera, Fortino Hipólito: Catecismo Histórico-Geográfico-Estadístico…, p. 283.
[6] Jiménez Abollado, Francisco Luis: Los cambios jurisdiccionales… págs. 91-92.
[7] Ibídem, p. 94.
[8] Vera, Fortino Hipólito: Catecismo Histórico-Geográfico-Estadístico…, p. 283.
[9] Gil y Sáenz, Manuel: Compendio histórico…, pág. 41; Martínez Assad, Carlos: Breve historia…, 43.
[10] Esta visión se completaba con una serie de recriminaciones que hacía el cura Cárdenas a las Cortes en favor de Tabasco: a) la enorme distancia de Mérida hacia Tabasco, b) el preferitismo de los prelados por dar a los yucatecos curatos y beneficios, c) la salida de grandes cantidades de diezmos para la mitra y d) el incumplimiento de los curas en sus obligaciones sacerdotales. Cárdenas y Romero, José Eduardo de: Memoria a favor…, págs. 166-170.
[11] Las causas que ocasionaron esta ley corresponden a lo ya afirmado en la nota anterior y que recopiló el destacado historiador Mestre Ghigliazza, Manuel: Documentos y datos para…, Tomo I, p. 370. La postura que adoptó la Iglesia en Yucatán sobre este sonado asunto la trató Carrillo y Ancona, Crescencio: El Obispado de Yucatán…, p. 1012.
[12] Dice Meneses en esta pastoral al Vicario in cápite como último punto resolutivo: “… siempre miraremos al territorio de Tabasco como parte integrante del Obispado de Yucatán, mientras no se divida y separe por autoridad competente y en la forma debida...”. Carta pastoral del gobernador de la mitra de Yucatán…, CAIHY: BCCA, Fondo Reservado, 253.09C37 – 1829.  Nuevamente el Gobernador de la Mitra en este Oficio recomienda al Pbro. Quiroga que: “… Si el Estado de Tabasco desea que en su territorio se erija una nueva iglesia, represente las causas; óigase al gobierno de esta Mitra; elévese todo al conocimiento de los Poderes Supremos de la República… [que] dirigirán las preses a Su Santidad para que las resuelva…”. Oficio del Sr. Vicario Capitular y gobernador del Obispado de Mérida de Yucatán…, en Mestre Ghigliazza, Manuel: Documentos y datos…, Tomo I, págs. 372-378.
[13] La parroquia de Huimanguillo estaba aún sujeta temporalmente a la Diócesis de Antequera y los acuerdos para el traspaso se dieron hasta 1881. Estas parroquias tabasqueñas tenían también a su cargo 78 iglesias, 30 ermitas y 6 oratorios. Vera, Fortino Hipólito: Catecismo Histórico-Geográfico-Estadístico…, p. 283.

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