sábado, 25 de mayo de 2019

LA FUNDACIÓN DE LA DIÓCESIS DE TABASCO

1864-1886. Segunda Parte.


... hágase el Obispado…

            El año de 1864, representó para el Ilmo. Dr. Dn. Leandro Rodríguez de la Gala y Enríquez,[1] Administrador Apostólico de Yucatán un momento clave en los inicios de su ministerio pastoral. Con notable visión se dio cuenta de las graves situaciones en que se encontraba Tabasco en el área espiritual, por ello, con ayuda del joven Pbro. Crescencio Carrillo y Ancona convinieron la necesitad de fragmentar la Diócesis yucateca para dar cabida a la creación de la de Tabasco, para ello, nombró al Cango. Pbro. Manuel José Delgado,[2] Maestrescuelas de la S. I. C. quien solicitó la anuencia del Metropolitano, que lo era entonces el Ilmo. y Excmo. Sr. Dr. Dn. Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos, Arzobispo de México. Las gestiones se detuvieron por variadas razones, entre ellas, la Guerra de Castas que aún asolaba Yucatán, el sentido fallecimiento del Pontífice Pío IX y la muerte del Cango. Maestrescuelas.

Ilmo. y Excmo. Sr. Dr. Dn. José Leandro de la Santísima Trinidad Rodríguez de la Gala y Enríquez, XXXV° Obispo de Yucatán. Retrato de la Sala Capitular de la Santa Iglesia Catedral de Mérida de Yucatán.

No fue hasta que en 1878, cuando fue comisionado el Pbro. Lic. Vicente de Paúl Andrade y Pau de la Congregación de la Misión,[3] para agitar el correspondiente asunto con el Arzobispo de México.[4] Andrade tenía ya un largo camino recorrido como gran bibliógrafo, historiador, literato y eclesiástico connotado, los conocimientos que adquirió a lo largo de su preparación sacerdotal en la Congregación de la Misión lo predeterminaron para ocuparse con grandes éxitos en los negocios que la Iglesia Mexicana le encargó, que no fueron pocos. Así, el Arzobispo de México elevó en junio de 1879 ante la Santa Sede las llamadas “Preces” a S.S. León XIII, solicitando la gracia de ver elevado el Vicariato in cápite de Tabasco a categoría de Obispado. Cuya respuesta no tardó en enviarla el Secretario de la Congregación de Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, Mons. Domingo Ma. Jacobini a Mons. Labastida y Dávalos en carta del 9 de octubre de ese mismo año, donde se aceptaba la presente solicitud y pedía el envío de una serie de noticias relativas a cuestiones territoriales, políticas, económicas, sociales, culturales y estadísticas.[5]

            En esta parte fundamental era donde entraba en acción la presencia indispensable de Andrade para lograr el cometido del Obispado, y llevándose la información solicitada, se embarcó en Veracruz y salió para la Ciudad Eterna el 15 de diciembre de ese mismo año. Llevaba consigo la cantidad de “un mil pesos” que se tomó en préstamo para los gastos requeridos.[6] Las directrices las manifestaba Andrade con Mons. Domenico Ma. Jacobini y éste con el Secretario de la Sagrada Congregación Consistorial, Mons. Pietro Lasagni que desde 1879 hasta 1880 estuvieron plenamente en diálogo para augurar el buen éxito de la encomienda. El asesoramiento sobre este asunto lo tuvo Andrade con el agente romano del Episcopado Mexicano, Sr. Enrico Angelini, versado en asuntos diplomáticos eclesiásticos. Entregada la documentación a principios de 1880, se procedió al estudio del caso de Tabasco, los requerimientos conforme al derecho canónico y a los Sagrados Concilios.[7]

Ilmo. Sr. Cango. Dr. Manuel José Delgado, Maestrescuelas de la Santa Iglesia Catedral de Mérida de Yucatán. Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Yucatán.

            Mons. Pietro Lasagni estudió con una comisión la situación de la Diócesis de Tabasco detenidamente, las discusiones se presentaron, opiniones y confrontaciones surgieron con respecto de un Estado que abarcaba un amplio territorio, pero que los problemas políticos hacían inestable el sostenimiento de un Obispado, además que las rentas eclesiásticas no se darían en forma debida para manutención del cabildo catedral ya que la entidad está poblada en su mayoría por indígenas que “viven en una decadencia lamentable”. Sin embargo, se presentó a ejemplo el caso de otros Obispados donde los territorios son mucho más pequeños y a pesar de ello, sostienen un nutrido número de sacerdotes y clérigos con un Seminario Conciliar. Al final de estas discusiones, los miembros concluyeron darle el fallo positivo a la creación de la Diócesis.[8]

            El negocio no estaba completo sin la anuencia del Cabildo de la Santa Iglesia Catedral de Mérida de Yucatán que firmaron todos en conjunto la petitoria anexa al documento general que Mons. Rodríguez de la Gala envió a Mons. Labastida y Dávalos, sabemos que seguía involucrado en el asunto el ahora Canónigo Carrillo y Ancona ya que firma la petitoria en primer lugar. Los documentos fueron manejados con gran habilidad y destreza por el Sr. Angelini quien en comunicación constante argumentaba con Andrade sobre la posibilidad de adelantar las gestiones y lograr lo antes posible la anhelada fundación. En una de las sesiones preliminares con Mons. Lasagni, discutieron sobre la superficie territorial que debía tener el dicho Obispado, Mons. Rodríguez de la Gala se había carteado con los Obispos de la Provincia Mexicana, o sea, el de Antequera (Mons. Vicente Fermín Márquez y Carrizosa) y el de Chiapas (Mons. Fray Ramón María de San José Moreno y Castañeda, O.C.D.), éstos manifestaban el deseo de fragmentar algunos territorios de sus respectivas jurisdicciones por razones de pastoral cuidado, información que llegó a manos del Sr. Angelini el 20 de febrero de 1880.[9] El Obispo de Chiapas entregó a la Santa Sede un plano topográfico donde se especificaban las parroquias que debían pasar a la administración de la nueva Diócesis de Tabasco, situación que creó conflicto con su cabildo catedral y el representante de éste, el canónigo Vicente Francisco Molina, pero fue superado.[10]

Ilmo. Sr. Cango. Lic. Vicente de Paúl Andrade, CM, Decano de la Insigne y Nacional Colegiata de Guadalupe. Álbum de la Coronación de la Santísima Virgen de Guadalupe, 1895.

            Las formalidades habían dado fruto en este proyecto eclesiástico, Mons. Rodríguez de la Gala aconsejado por el Pbro. Carrillo y Ancona estaban a punto de fragmentar la Diócesis de Yucatán con la idea de lograr en un futuro no tan lejano, la elevación de Yucatán a rango de Arquidiócesis, y Tabasco sería un buen punto de referencia. Mientras tanto Mons. Jacobini comunicaba a Mons. Lasagni el 26 de abril que el Papa estaba al tanto de esta gestión porque recibía constantemente documentación de México donde el Arzobispo Labastida le recordaba el proceso que se estaba llevando a cabo en las dependencias de la Santa Sede.[11]

A principios de mayo de 1880, se determinaron los últimos puntos que durante los 4 meses anteriores se habían estudiado en la comisión de la Sagrada Congregación Consistorial, y habiéndose aprobado cada resolución se presentó la minuta a mediados del mes y el 25 inmediato, Mons. Pietro Lasagni expidió el Decreto de desmembramiento que fue firmado por Su Santidad el Papa León XIII llevando el título de “Cum iuxta Apostolicum affatum Episcopi”, que con 17 puntos observaba la forma canónica de erección en ciudad episcopal de San Juan Bautista, nombrándose patrón celestial, los privilegios y derechos que se le otorgaban a la Catedral, la organización de capítulo de canónigos, el cobro de diezmos para la fábrica y el sagrario de la Iglesia Catedral y las funciones pastorales a las cuales debía estar destinada.[12]

            Dos días después se firmó el Acta que debía enviarse al Obispo de Yucatán por medio de Andrade y que debía hacerla efectiva el Arzobispo de México como Metropolitano que es de la Provincia Mexicana.[13] A tal efecto se apresura Andrade a enviar una carta el 1 de junio próximo a Mons. Rodríguez de la Gala para notificarle sobre la fundación efectiva de la Diócesis de Tabasco y las directrices en que debía atenerse sobre los puntos resueltos. Solo había que resolver dos problemas, uno territorial-jurisdiccional y otro del candidato idóneo para ocupar la mitra, aunque el Decreto marcaba que era todo Tabasco, los Obispados vecinos otorgaron nuevas parroquias para la administración espiritual del nuevo pastor que llegaría a gobernarla. Por lo menos, esta situación se tomó en común acuerdo entre el Arzobispado de México y la Diócesis de Yucatán, sin embargo, la otra necesitaba un poco más de tiempo para gestionarse en Roma.[14]

            Con respecto al territorio la Carta Pastoral del 30 de diciembre de 1881, demarcaba ya los límites que tendría la reciente creada Diócesis: San Juan Bautista que era elevada a ciudad episcopal y su parroquia del Sr. de Esquipulas en catedral, Teapa, Jalapa, Tacotalpa, Usumacinta, Macuspana, Nacajuca, Jalpa, Cunduacán y Villa-Frontera que originalmente habían constituido la Vicaría in cápite y ahora se anexaban Huimanguillo que pertenecía a la Diócesis de Antequera y Palenque, Tila, Moyos y Pichucalco a la Diócesis de Chiapas.[15] El problema aún no estaba del todo resuelto, Andrade recibe una carta el 23 de junio de 1882 del Obispo de Chiapas donde informaba que cedía varias parroquias más de su Obispado para que las administrara Tabasco, éste documento era expedido meses después de la Carta Pastoral antes mencionada, aparte de esas parroquias, también las de Rosario, Pueblo Nuevo, Amatán, Sacati, Moyos, Sabanilla, Almendro, Yajalón, Chilón, Bachajón, Pueblo Viejo y El Real (con la mitad de la selva Lacandona hasta los límites con Comitán).[16]

Las parroquias existentes en el territorio tabasqueño y las que fueron cedidas primeramente por las Diócesis de Chiapas, Antequera y Yucatán en la Carta Pastoral que expidió el Obispo Leandro Rodríguez de la Gala y Enríquez en diciembre de 1881. Este mapa está tomado del Mapa Digital de México, versión 5.0 del INEGI y ha sido modificado por el autor.

Yucatán por su parte en la citada Carta Pastoral hacía extenso el conocimiento de que también cedía algunas parroquias cercanas a Tabasco como Palizada con Jonuta, Sabancuy y Chicbul, cuya notificación fue recibida por el Pbro. Fernando Ma. Torres y Hernández, CM vicario general del Obispado de Tabasco el 10 de mayo de 1882. Pero dos años después el Obispo tuvo que devolver las parroquias de Sabancuy y Chicbul por no poderlas atender en visita episcopal por su lejanía de la capital, únicamente quedó integrada la municipalidad de Palizada de Campeche con Jonuta en Tabasco.[17] El Obispado de Tabasco quedaba constituido territorialmente mucho más grande en lo espiritual que en lo civil.

            Ahora tocaba el turno disputarse el mando del Obispado, la fuerte corriente existente en Yucatán sobre el control de su territorio peninsular tanto política como espiritualmente, significó una acalorada imposición entre dos instituciones algo dispares, la Diócesis de Yucatán y la Congregación de la Misión. Desde que se nombró a Andrade como comisionado, las pretensiones de Yucatán fueron colocarlo a él para prelado de la nueva sede; las simpatías entre el Pbro. Carrillo y Ancona y Andrade surgieron a raíz de sus excelentes trabajos históricos y literarios. De esta manera, Mons. Rodríguez de la Gala estaba convencido que Andrade sería un buen candidato a ocupar la sede tabasqueña. Al fundarse ésta, el Papa lo presenta como su primer prelado.[18] A pesar de esta presentación, aún no estaba preconizado en el Consistorio; Mons. Labastida y Dávalos opinaba si había algún obstáculo él mismo mandaría la información necesaria a Roma sobre su institución para Obispo.[19]

Extensión territorial – jurisdiccional que abarcó la Diócesis de Tabasco con 28 parroquias en 1885 diseminadas en 3 estados de la República Mexicana, nótese las 16 parroquias que cedió finalmente la Diócesis de Chiapas. Este mapa está tomado del Mapa Digital de México, versión 5.0 del INEGI y ha sido modificado por el autor.

            Lamentablemente la buena posición de Andrade se vio ofuscada por el testimonio negativo que presentó su antiguo protector y maestro, el Pbro. Agustín de Jesús Torres, CM que fungía como Visitador de la Congregación de la Misión en México donde informaba la mala conducta de Andrade a sus Superiores y el proceso de expulsión que estaba pesando sobre él en México.[20] Esta participación de Torres y Hernández, CM motivó al Arzobispo de México para presentarlo como un buen candidato a ocupar la nueva sede, cuya noticia cayó como un golpe a la autoridad de Rodríguez de la Gala.[21] Así, fue preconizado el R.P. Apolinario Agustín de Jesús Torres y Hernández, CM como primer Obispo de Tabasco en el Consistorio del 18 de noviembre de 1881 en Roma.[22] Fue consagrado el 19 de febrero de 1882 en la Colegiata de Guadalupe por el Arzobispo de México, Mons. Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos, asistido por Mons. Francisco de Paula Verea y González, Obispo de Puebla y Mons. Ignacio Montes de Oca y Obregón, Obispo de Linares.[23]

Esta fundación del Obispado y su primer prelado no fueron comunicados al Vicario in cápite de Tabasco, Pbro. Manuel Gil y Sáenz que se sintió traicionado por la Iglesia yucateca, ya que tenía aspiraciones para lograr la anhelada fundación y llegar a ser también su primer Obispo.[24] Preparaba todo espiritualmente para que se fundase un obispado en Tabasco, había establecido los Ejercicios de San Ignacio de Loyola, la Sociedad Católica, la Vela Perpetua, confesiones y comuniones, la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y María, devoción de los lunes a las benditas almas del purgatorio, la celebración de la Semana Santa con toda la suntuosidad en la capital San Juan Bautista donde era párroco.[25] El 4 de enero de 1882, le fue entregada una carta del obispo de Yucatán, la cual al recibirla, cesaba de todos sus cargos eclesiásticos (Vicario in cápite, Juez Eclesiástico de Tabasco y Cura Párroco de San Juan Bautista) y se le informaba de la llegada de unos sacerdotes que irían a recibir la documentación de Tabasco, no queriéndose ver en la vergüenza de parecer destituido, decide enviar su renuncia que llega justo antes de la llegada de los sacerdotes paulinos, el 27 del mismo mes, entrega al Pbro. Sabino Vega que se encargará de darle posesión al Pbro. Fernando Ma. Torres y Hernández, CM que estaba delegado del Arzobispo de México para dar fe jurídica de la elevación de la Diócesis de Tabasco, a partir de ese momento Gil y Sáenz se retira a la vida privada.

Ilmo. y Excmo. Sr. Dr. Dn. Apolinario Agustín de Jesús Torres y Hernández, CM, I Obispo de Tabasco. Galería fotográfica de los Obispos de Tabasco, Seminario Diocesano del Señor de Tabasco y Santa María de Guadalupe.

            Cuando a Torres y Hernández, CM lo trasladan a Tulancingo en 1885, nuevamente Yucatán ve una oportunidad para imponer a su antiguo candidato Andrade, la correspondencia entre Labastida y Dávalos con Carrillo y Ancona sobre ese asunto no fue ajeno a los círculos eclesiásticos de entonces,[26] pero ahora la decisión le tocaba a Roma, y no fue Andrade, fue otro sacerdote paulino o de la Misión, el R.P. José Perfecto Amézquita y Gutiérrez, CM quien resultó nominado, preconizado el 7 de junio de 1886 y consagrado obispo de Tabasco el 5 de septiembre en la parroquia de Guanajuato por el Obispo de León, Mons. Tomás Barón y Morales, asistido por los Obispos de Linares, Mons. Ignacio Montes de Oca y Obregón y de Tulancingo, Mons. Apolinario Agustín de Jesús Torres y Hernández, CM.[27] Con ello se dio fin a una larga lucha de poderes eclesiales, relaciones diplomáticas e imposiciones episcopales.

            A manera de conclusión tenemos que: a) durante los siglos anteriores se pensó atender a Tabasco en lo espiritual con la fundación de un Obispado que no se logró por la poca importancia que le dio la Corona a la evangelización en el territorio; b) la ambición del Obispado de Yucatán por lograr ser una Arquidiócesis motivó la fundación del de Tabasco; c) las irregularidades con las que se movían los límites territoriales de la entidad ocasionaron que el Papa no definiera la jurisdicción territorial que demarcaría la nueva sede; d) las disputas por ocupar la mitra episcopal fue orientada a las pretensiones de Yucatán sobre el dominio y control de la península en lo espiritual. Todo esto nos demuestra que en 2 décadas de continuas gestiones, los tabasqueños no tuvieron siquiera la más mínima participación en el asunto que manejaron la Diócesis de Yucatán y el Arzobispado de México y únicamente aceptaron la fundación del Obispado porque requerían los cuidados pastorales de un prelado de forma más efectiva y cercana.

Lic. Eddy Lorenzo González Jiménez, historiador.

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F U E N T E S   D O C U M E N T A L E S   Y   B I B L I O G R A F I C A S

ARCHIVO SECRETO VATICANO (ASV)

1. Decretum dismembrationis dioecesis Iucatanensis atque erectionis novae dioecesis Tabasquensis in ditione Mexicana. Acta Leonis XIII, Vol. II, p. 74 – 81, 1880.
2. Carta de Rodríguez de la Gala y Carrillo y Ancona al Pbro. Vicente de P. Andrade sobre Tabasco. 31/12/1878. Congregazione degli Affari Ecclesiastici Straordinarii [A.E.S.]. Messico n. 63, fasc. 4, fs. 1-7.
3. Carta de Rodríguez de la Gala a Enrico Angelini. 20/02/1880. A.E.S. Messico n. 63.
4. Carta borrador de Domenico Jacobini a Pietro Lasagni. 26/04/1880. Acta Congregationis Consistorialis [A.C.C.]. Fasc. 16.
5. Minuta del Acta de desmembración de Yucatán y erección de la diócesis de Tabasco. A.E.S. Messico n. 63, fasc. 3, fs. 1-5.
6. Acta de desmembración de Yucatán y erección de la diócesis de Tabasco. 27/05/1880. A.C.C. Fasc. 16, fs. 7-11.
7. Carta de Labastida y Dávalos al Papa León XIII, sobre la idoneidad de Andrade para Obispo de Tabasco. 15/07/1800. A.E.S. Messico n. 63, fasc. 1.
8. Carta de Jacobini a Rodríguez de la Gala. 09/11/1880. A.E.S. Messico n. 63, fasc. 4, fs. 4-5.
9. Decreto de desmembración de algunas parroquias de Chiapas e incorporación a Tabasco. 23/06/1882. A.E.S. Messico n. 45, fasc. 45, fs. 1-6.
10. Carta del Pbro. Agustín Torres, visitador de la Congregación de la Misión en México dando un testimonio negativo del Pbro. Andrade (s.f.). A.E.S. Messico n. 63.
11. Carta de Carrillo y Ancona al Papa León XIII, proponiendo a Vicente de P. Andrade para Obispo de Tabasco. 10/09/1885. A.E.S. Messico n. 105.
12. Acta Sanctae Sedis (ASS). Vol. XIV. Typis Polyglotta e Officinae S. C. De Propaganda Fide. Romae, MDCCCLXXXI.

ARCHIVO HISTÓRICO DE LA ARQUIDIÓCESIS DE YUCATÁN (AHAY)

1. Carta del Pbro. Andrade a Rodríguez de la Gala, notificándole que el Papa León XIII había instituido la nueva diócesis de Tabasco y designándolo a él para su primer Obispo. 01/06/1880.  AHAY, Librero 6, Est. 3, Caja 7, f. 13.
2. Nominación del Pbro. Agustín Torres para primer Obispo de Tabasco. 11/11/1881. AHAY, Librero 6, Est. 3, Caja 7, fs. 11-12.
3. Carta del Pbro. Fernando M. Torres al canónigo Carrillo y Ancona, sobre la agregación de la parroquia de Palizada a Tabasco. 10/05/1882. AHAY, Librero 6, Est. 3, Caja 7, f. 7.
4. Oficio notificando la devolución a Yucatán de las parroquias de Sabancuy y Chicbul, por no poder atenderlas el Obispo de Tabasco. 15/05/1884. AHAY, Librero 2, Est. 1, Caja Carrillo y Ancona 2, f. 13.

ARCHIVO CARRILLO Y ANCONA DEL SEMINARIO DE YUCATÁN (ACASY)

1. Carta de Enrico Angelini a Carrillo y Ancona, sobre la erección de Tabasco, el Pbro. Andrade para esa diócesis y ofreciéndose para procurar una mitra episcopal para Carrillo y Ancona. ACASY, Bolsa 32, f. 32.
2. Carta de Labastida y Dávalos a Carrillo y Ancona, sobre Vicente de P. Andrade para Obispo de Tabasco. 28/09/1884. ACASY, Bolsa 35, fs. 39-42.
3. Cartas de Carrillo y Ancona al Pbro. Andrade y al Arzobispo de México, sobre la postulación de Andrade para Obispo de Tabasco. 17/09/1885. ACASY, Libro de misas…, p. 209.

CENTRO DE APOYO A LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA DE YUCATÁN (CAIHY) AHORA BIBLIOTECA YUCATANENSE (BY)

1. Decimatercia Carta Pastoral: especialmente dirigida al clero y pueblo del Estado de Tabasco sobre la segregación de su territorio del de este obispado de Yucatán y su erección en nueva diócesis por gracia especial de Nuestro Santísimo Padre el Papa León XIII / del Illmo. Sr. Dr. D. Leandro Rodríguez de la Gala, dignísimo Obispo de Yucatán, Tabasco, etc. CAIHY, Fondo Reservado, Sección Folletería, XXXV – 1882 – 09.
2. Carta Pastoral de la Mitra de Yucatán al Vicario in Cápite del Estado de Tabasco en contestación al oficio con que acompaña un ejemplar del decreto N. 24 de aquella H. Legislatura. CAIHY, Biblioteca Crescencio Carrillo y Ancona (BCCA), Fondo Reservado, Coloc. 253.09C37 – 1829.

BIBLIOTECA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN (BUANL)

1. Cartas de Indias. Tomo I. Edmundo Aviña Levy. Guadalajara, Jalisco, México, 1970. Fondo Fernando Díaz Ramírez, coloc. 1020000697.
2. Catecismo Geográfico-Histórico-Estadístico de la Iglesia Mexicana por el Presbítero Br. Fortino Hipólito Vera, Cura Vicario foráneo de Amecameca. Imprenta del Colegio Católico, 1881. Fondo Emeterio Valverde Téllez, coloc. 1080026203.
3. Compendio Histórico, Geográfico y Estadístico del Estado de Tabasco, su autor Manuel Gil y Sáenz, presbítero. Tabasco, Tipología de José M. Abalos, 1872. Fondo Emeterio Valverde Téllez, coloc. 10800018033.
4. Episcopado mejicano nacional. Pequeña relación por orden cronológico de los Ilmos. Sres. Obispos nacidos en el suelo mexicano que han gobernado la iglesia en su país y los que fuera de la patria la han gobernado en otras naciones. Estracto formado por Manuel García y Moyeda. Socio de la “Cruz Roja” en España. León, México, Tip. Barredillo y Comp. – Montealegre, 1884. Fondo Ricardo Díaz Covarrubias, coloc. 1080012197.
5. El Obispado de Yucatán. Historia de su fundación y de sus obispos desde el siglo XVI hasta el XIX seguida de las Constituciones Sinodales de la Diócesis y otros documentos relativos. Por el Illmo. Sr. Dr. Don Crescencio Carrillo y Ancona, Obispo de la misma Diócesis. Miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía, Estadística e Historia y de otras corporaciones científicas nacionales y extranjeras. Tomo I y II. Mérida de Yucatán, Imp. y Lit. de Ricardo B. Caballero, 1892. Fondo Emeterio Valverde Téllez, coloc. 1080015817 y 1080015818.
6. El primer obispado de la nación mejicana. Artículos publicados sobre esta materia y sobre otros puntos de nuestra historia por Juan Francisco Molina Solís. Mérida de Yucatán, Imprenta “Loret de Mola”, 1897. Fondo Ricardo Covarrubias, coloc. 1080012163.
7. Historia del antiguo Seminario de San Ildefonso por Serapio Baqueiro quien la dedica a su ilustrado amigo Martín Pereza Pacheco. Tipografía de G. Canto. Mérida, 1894. Fondo Emeterio Valverde Téllez, coloc. 1080015629.

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

1. Andrade, Vicente de Paul: Noticias biográficas de los Ilmos. Sres, Obispos de Chiapas. Imprenta Guadalupana de Reyes Velasco. México, 1907.
2. Cárdenas y Romero, José Eduardo de: Memoria a favor de la Provincia de Tabasco en la Nueva España. Editor y estudio introductorio Miguel Ángel Díaz Perera. Grupo DG – ECOSUR. Tabasco, México, 2010.
3. Martínez Assad, Carlos: Breve historia de Tabasco. FCE – COLMEX – FHA. México, 2006.
4. Mestre Ghigliazza, Manuel: Datos para la biografía del Presbítero Manuel Gil y Sáenz en Gil y Sáenz, Manuel: “Compendio histórico, geográfico y estadístico del Estado de Tabasco”. Instituto de Cultura de Tabasco. Tabasco, 1979.
5. Mestre Ghigliazza, Manuel: Documentos y datos para la historia de Tabasco. Tomo I. Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Villahermosa, 1984.
6. Rico Medina, Samuel: Los predicamentos de la fe. La inquisición en Tabasco 1567-1811. Gobierno del Estado de Tabasco. Instituto de Cultura de Tabasco. Villahermosa, 1990.
7. Ruz, Mario Humberto: Tabasco en Chiapas. Documentos para la historia tabasqueña en el Archivo Diocesano de San Cristóbal de las Casas. CEM, IIF, UNAM. México, 1994.

ARTÍCULOS

1. Jiménez Abollado, Francisco Luis: Los cambios jurisdiccionales  eclesiásticos en la Provincia de Tabasco durante el siglo XVI y principios del XVII en Estudios de Historia Novohispana. Vol. 36. IIH-UNAM. México, 2007, págs. 83-99.
2. Torre Villar, Ernesto de la: Erección de obispados en el siglo XVIII. El obispado de Valles en Estudios de Historia Novohispana. Vol. 3. IIH-UNAM. México, 1970, págs. 1-61.




[1] José Leandro de la Santísima Trinidad Rodríguez de la Gala y Enríquez nació en la ciudad de Mérida de Yucatán el 28 de febrero de 1814. Realizó sus primeras letras en Mérida, pasó al colegio de San Ildefonso en 1830, sostuvo varios actos públicos “con el mayor esplendor y lucimiento”. Recibió las 4 órdenes menores el 22 de septiembre de 1836, subdiaconado 2 días después, diaconado el 2 de octubre y el presbiterado el 11 de marzo de 1837. Catedrático de lengua latina, filosofía y teología moral. Vicerrector del Seminario Conciliar en 1846. Capellán del Santísimo Cristo de las Ampollas; Vocal Secretario de la Junta Eclesiástica de Censura; Examinador Sinodal y Canónigo Segundo de Gracia. Gobernador del Obispado sede vacante en 1863. Administrador Apostólico en abril del mismo año y preconizado como titular el 22 de marzo de 1868, gobernó hasta el 14 de febrero de 1887 en que falleció en su ciudad episcopal. Crescencio: El Obispado de Yucatán…, págs. 1063-1090; García y Moyeda, Manuel: El episcopado mejicano nacional…, p. 79.
[2] Decimatercia Carta Pastoral: especialmente dirigía al clero y pueblo del Estado de Tabasco…, 1882, pág. 6. CAIHY, Fondo Reservado, Sección Folletería, XXXV–1882–09. El Cango. Maestrescuelas Manuel José Delgado pertenecía a una familia pobre de Bacalar. Fue Rector y Vicerrector, Cura del Sagrario de la Santa Iglesia Catedral, Doctor en Teología, Licenciado en Derecho, Diputado al Congreso del Estado en 1850, Consejero de Gobierno en 1858, y finalmente Canónigo Maestrescuelas, falleció en junio de 1872 en Mérida de Yucatán. Baqueiro, Serapio: Historia del antiguo Seminario de San Ildefonso…, p. 24.
[3] Vicente de Paul Andrade y Pau nació el 23 de febrero de 1844 en la ciudad de México. Estudió las primeras letras en el colegio-seminario de los vicentinos en León, Guanajuato. Muy joven entró en la Congregación de la Misión, 12 de noviembre de 1863 y dos años después tomó los votos. Se fue a París para continuar sus estudios teológicos en la casa madre de la Congregación y se ordena sacerdote el 19 de diciembre de 1868. Estuvo en los seminarios de Jalapa, Zacatecas, la ciudad de México, Puebla y en la casa central de San Lorenzo en donde llegó a ser tesorero y secretario en 1877. Encargado de los negocios para la fundación de la Diócesis de Tabasco. Por incomprensiones y serios problemas de la Congregación, tuvo que pedir su exclaustración. La Congregación Consistorial le tomó en cuenta para Obispo de Yucatán y para la de Tabasco, pero después desistió en la idea. Cura del Sagrario Catedral de México y Canónigo de la Colegiata de Guadalupe en 1887. Falleció el 17 de agosto de 1915 en la ciudad de México. Poole, Stafford, CM: The eventful life of Vicente de Paul Andrade…, págs. 11-34.
[4] Se le facultaba como procurador ad hoc para cumplir con su misión. Carta de Rodríguez de la Gala y Carrillo y Ancona al Pbro. Vicente de P. Andrade. 31/12/1878. A.E.S., Messico n. 63, fasc. 4, fs. 1-7.
[5] Esta carta fue publicada por el periódico capitalino La Voz de México el 24 de diciembre de 1879 con el título “Diócesis de Tabasco”, reproducida por Mestre Ghigliazza, Manuel: Datos para la biografía del Presbítero Manuel Gil y Sáenz en Gil y Sáenz, Manuel: Compendio histórico…, pág. XIV.
[6] Decimatercia Carta Pastoral: op. cit., 1882, pág. 7. CAIHY, Fondo Reservado, Sección Folletería, XXXV–1882–09.
[7] Carta de Rodríguez de la Gala a Enrico Angelini. 20/02/1880. A.E.S. Messico n. 63; Carta borrador de Domenico Jacobini a Pietro Lasagni. 26/04/1880. A.C.C., Fasc. 16.
[8] Aún no se había demarcado específicamente el territorio que ocuparía la nueva sede episcopal, este asunto fue tratado con la mayor solicitud e interés de los prelados de Antequera, Chiapas y Yucatán. Minuta del Acta de desmembración de Yucatán y erección de la diócesis de Tabasco. A.E.S. Messico n. 63, fasc. 3, fs. 1-5.
[9]Por circunstancias históricas estos territorios colindantes tenían una proximidad más acentuada a Tabasco que a sus respectivas sedes. Carta borrador de Domenico Jacobini a Pietro Lasagni. 26/04/1880. A.C.C., Fasc. 16.
[10] Mons. Moreno y Castañeda tuvo serios problemas con su cabildo catedral quienes no se encontraban de acuerdo en ceder la mayor parte de las parroquias del norte de la Diócesis pertenecientes a las comunidades indígenas zoques y choles. El canónigo Molina afirmaba el 3 de agosto de 1882 en una carta al que sería el primer obispo de Tabasco los inconvenientes que esta anexión traería como: “1) La fragosidad de los caminos impide la visita a los pueblos; 2) Los curas que queden encargados de esos pueblos estarán sujetos en lo político a Chiapas y en lo eclesiástico a Tabasco; 3) Trastorno de los límites políticos de los estados. En resumen, duda sobre la validez de tal jurisdicción.” Ruz, Mario Humberto: Tabasco en Chiapas…, p. 42.
[11]Carta de Rodríguez de la Gala a Enrico Angelini. 20/02/1880. A.E.S. Messico n. 63.
[12]Decretum dismembrationis dioecesis Iucatanensis atque erectionis novae dioecesis Tabasquensis in ditione Mexicana. Acta Leonis XIII, Vol. II, 1880, págs. 74-81.
[13] Acta de desmembración de Yucatán y erección de la diócesis de Tabasco. 27/05/1880. A.C.C. Fasc. 16, fs. 7-11.
[14] Carta del Pbro. Andrade a Rodríguez de la Gala, notificándole que el Papa León XIII había instituido la nueva diócesis de Tabasco y designándolo a él para su primer Obispo. 01/06/1880.  AHAY, Librero 6, Est. 3, Caja 7, f. 13.
[15] Decimatercia Carta Pastoral: op. cit., pág. 8. CAIHY, Fondo Reservado, Sección Folletería, XXXV–1882–09.
[16] La Santa Sede en el párrafo II del documento de Desmembramiento anota que: “… Por tanto ha ordenado queden separados de la Diócesis de Chiapas y desmembrados los dos Departamentos vulgarmente llamados Pichucalco y Palenque, además los pueblos Rosario, Pueblo Nuevo, Amatán, Sacaiti, Moyos, Sabanilla, Almendra y Yajalón, que pertenecen al centro, con toda la extensión de tierra que ocupan los indios lacandones y toda la línea del territorio o Departamento que toca al otro del Palenque, desde el río Usumacinta hasta la línea que divide el Departamento de Comitán, en términos que de ese Departamento solo quedaran a Chiapas: Chilón, Bachajón, El Real, Pueblo Viejo y el Rosario (que no debe confundirse con el que ya se tiene mencionado arriba). Es voluntad de Su Santidad que los departamentos y pueblos mencionados, desmembrados y separados de la Diócesis de Chiapas, queden agregados, unidos e incorporados a la limítrofe Diócesis de Tabasco, como así lo ordena con la autoridad Apostólica de que goza, y eso con todos sus habitantes de uno y otro tipo, Iglesias, instituciones piadosas, derechos personales y mixtos y con todos sus accesorios de cualquier género que sean.”. Decreto de desmembración de algunas parroquias de Chiapas e incorporación a Tabasco. 23/06/1882. A.E.S. Messico n. 45, fasc. 45, fs. 1-6; Ruz, Mario Humberto: Tabasco en Chiapas…, p. 44.
[17] Decimatercia Carta Pastoral: op. cit. CAIHY, Fondo Reservado, Sección Folletería, XXXV–1882–09; Carta del Pbro. Fernando Ma. Torres al canónigo Carrillo y Ancona, sobre la agregación de la parroquia de Palizada a Tabasco. 10/05/1882. AHAY, Librero 6, Est. 3, Caja 7, f. 7; Oficio notificando la devolución a Yucatán de las parroquias de Sabancuy y Chicbul. 15/05/1884. AHAY, Librero 2, Est. 1, Caja Carrillo y Ancona 2, f. 13.
[18] Andrade a este respecto comentaba que el único camino que le quedaba: “…era renunciar, pero ni aún esto se me concede y con amargura suma tendré que inclinarme a la voluntad Divina, según me ha manifestado nuestro dignísimo Metropolitano. Ruego muy encarecidamente a V. S. I. [...] de guardar el secreto de mi nombramiento, hasta que sea preconizado, es decir, en el próximo Consistorio tal vez…”. Carta del Pbro. Andrade a Rodríguez de la Gala, notificándole que el Papa León XIII había instituido la nueva diócesis de Tabasco y designándolo a él para su primer Obispo. 01/06/1880.  AHAY, Librero 6, Est. 3, Caja 7, f. 13.
[19] Carta de Labastida y Dávalos a Carrillo y Ancona, sobre Vicente de P. Andrade para Obispo de Tabasco. 28/09/1884. ACASY, Bolsa 35, fs. 39-42.
[20] La problemática presentada en el caso del Pbro. Andrade, fue suscitada por incomprensiones entre los miembros de la Congregación de la Misión, los miembros españoles estaban en desacuerdo con las directrices de los Superiores mexicanos y éstos con los primeros, debido a que Andrade era uno de los favoritos y por el peso que suponía su familia sobre asuntos de la Congregación, fue visto con malos ojos y calumniado. Carta del Pbro. Agustín Torres, visitador de la Congregación de la Misión en México dando un testimonio negativo del Pbro. Andrade (s.f.). A.E.S. Messico n. 63; Poole, Stafford, CM: The eventful life of Vicente de Paúl Andrade…, págs. 18-23.
[21] Ni Torres, ni Rodríguez de la Gala sabían que Labastida nominaba al primero para Obispo. Nominación del Pbro. Agustín Torres para primer Obispo de Tabasco. 11/11/1881. AHAY, Librero 6, Est. 3, Caja 7, fs. 11-12.
[22] Ex Actis Consistorialibus, 18/11/1881 en Acta Sanctae Sedis, Vol. XIV. Typis Polyglotta e Officinae S. C. De Propaganda Fide. Romae, MDCCCLXXXI, p. 197.
[23] Poole, Stafford, CM: The eventful life of Vicente de Paul Andrade…, p. 17.
[24] Refiere Gil y Sáenz “… Serví a la Iglesia 30 años, me pagaron mal, y hace 22 que me retiré…”. Mestre Ghigliazza, Manuel: Datos para la biografía del Presbítero Manuel Gil y Sáenz en op. cit., p. XI.
[25] Hacía alarde de sus aspiraciones a obtener la mitra de Tabasco, pero mostraba la humildad digna de un sacerdote al decir que aunque “… los periódicos me pedían para Obispo, yo nunca he querido esa honrosa prisión…”. Más adelante en carta del 30 de noviembre de 1904 a Mestre Ghigliazza le comenta los motivos por el cual decidió separarse del servicio sacerdotal “… Desempeñé la Vicaría incápite, hasta 1882, que erigieron obispado a Tabasco, y como yo preparé eso para que fuera obispado, fue nombrado un tal Torres, y luego Amézquita; los dos me hablaron para servir, pero de segundo plato no quise y me retiré a la vida privada, en la que permanezco sin molestar a nadie…”, el calificativo de segundo plato seguramente fue porque no le ofrecieron ser canónigo de catedral o vicario general, sino simple sacerdote de pueblo, ocasionándole una ofensa a su dignidad. Ibídem.
[26] Carta de Carrillo y Ancona al Papa León XIII, proponiendo a Vicente de P. Andrade para Obispo de Tabasco. 10/09/1885. A.E.S. Messico n. 105; Carta de Labastida y Dávalos a Carrillo y Ancona, sobre Vicente de P. Andrade para Obispo de Tabasco. 28/09/1884. ACASY, Bolsa 35, fs. 39-42; Cartas de Carrillo y Ancona al Pbro. Andrade y al Arzobispo de México, sobre la postulación de Andrade para Obispo de Tabasco. 17/09/1885. ACASY, Libro de misas…, p. 209.
[27] Cabe decir que nuevamente aparece en campaña el Pbro. Manuel Gil y Sáenz para candidatearse como Obispo de Tabasco, las fuentes refieren que fueron 40 vecinos de San Juan Bautista quienes enviaron un pliego petitorio firmado al Arzobispo Labastida para que se tomara en cuenta al presbítero tabasqueño, sin embargo, de nada sirvió el empeño de estas personas. Ibídem.

jueves, 23 de mayo de 2019

LOS ANTECEDENTES DE LA FUNDACIÓN DE LA DIÓCESIS DE TABASCO

1518-1864. Primera parte.


El gobierno eclesiástico y territorial en la entidad tabasqueña a lo largo de su desarrollo histórico se ha transformado muchas veces, segregándose y agregándose territorios sin una uniformidad concreta conforme a las disposiciones de los prelados que gobernaron las mitras a las cuales Tabasco perteneció, y al no tener límites establecidos provocaban un sinnúmero de conflictos con los obispados colindantes que deseaban obtener los diezmos y limosnas del territorio tabasqueño para las prebendas y canonjías de sus respectivas catedrales y curatos, la única forma justa que veían los habitantes españoles de la provincia era obtener de la corona y de la Santa Sede la fundación de un obispado que pudiera resolver estas problemáticas.

En el principio… las necesidades…

            Con la bula “Sacri Apostolatus Ministerio” del 24 de enero de 1518 el Papa León X a petición del emperador Carlos V, quedaba fundado el Obispado de Yucatán y Santa María de los Remedios, conocido como Carolense,[1] cuya delimitación se plantearía de forma imaginaria ya que infortunadamente no se conocían aún los terrenos donde se establecería dicha jurisdicción episcopal y los pueblos donde aparentemente se asentarían, se encontraban sin someter a la corona, era el inicio de una conquista y colonización que tardaría más de un cuarto de siglo en lograrse.

            Al fundarse este obispado Carolense no se tomaron en cuenta las particularidades del terreno y se lanzó al acomodo de esta sede sin una visión clara de la realidad geográfica del territorio yucateco, por ello se vieron precisados a trasladar la catedral a Tlaxcala donde surtiría efecto la citada bula el 13 de octubre de 1525 y a la cual pasaría la naciente provincia de Tabasco a depender en lo jurisdiccional y espiritual.[2] El atender material y espiritualmente a la población indígena de la provincia tabasqueña fue un problema que desafortunadamente no se pudo resolver inmediatamente, ni después de tres siglos de dominio español.

Fray Bartolomé de las Casas, OP, Obispo de Ciudad Real de Chiapa, el primer obispo que cruzó por el territorio tabasqueño y del cual se conserva su itinerario de viaje. Propiedad de Félix Parra, 2019.

            La necesidad de evangelización, sometimiento y colonización fue un proyecto general en todas las provincias, Tabasco que largamente nos ocupa, enfrentó el problema de escases de material constructivo para asentarse y radicar, la situación climatológica (calor, lluvias, etc.), la gran dispersión de poblados en toda la provincia y los únicos medios para acercarse eran los grandes y caudalosos ríos; la insalubridad, las epidemias y otros factores, fueron los continuos dolores de cabeza que para los pocos españoles que en busca de tierras para la ganadería y la agricultura, se quedaron a habitarla. El Ilmo. y Rvdmo. Sr. Dn. Fray Bartolomé de las Casas, O.P. en 1545, fue el único Obispo que durante esa época atravesó parte del territorio para ir a tomar posesión del Obispado de Ciudad Real de Chiapa de los Españoles que recientemente se había fundado el 19 de marzo de 1538 y a pesar de que Chiapa cargaba con el territorio de la provincia mínimamente fue lo que se hizo en su favor.

            La visita que realizó el Obispo Las Casas sirvió para que se dieran cuenta de la realidad que estaba viviendo la provincia en el área espiritual cuya atención era realmente urgente, por ejemplo, los conquistadores y gobernantes se encontraban equivocados al pretender que los indígenas se convirtieran espontáneamente a la fe con sólo destruirle los ídolos y haberles ocasionado gran mortandad, él comentaba que ni los indios entendían, ni ellos a los indios y en siete u ocho días no podrían comprender todos los misterios de la fe.[3] Esta experiencia misionera de Fray Bartolomé cuajó en la idea de fundar varios obispados en su territorio episcopal cuyas extensiones eran comparables con los de México y Perú, su petición se elevó al príncipe Felipe de España para que se le descargara el poder atenderlas, y que asignara a otros para ofrecerles una mejor labor pastoral, cosa en la que él se veía imposibilitado por los constantes asuntos públicos en los que estaba comprometido.[4]

Esta petición se unía a la que años antes en carta del 10 de junio de 1532 el presidente de la Segunda Audiencia, Ilmo. y Excmo. Sr. Dn. Sebastián Ramírez de Fuenleal, Obispo de Santo Domingo enviaba al emperador Carlos V para que se fundase varios obispados, entre ellos el de Guazacualcos que tendría a cargo la provincia de Tabasco, desafortunadamente fue un intento frustrado ya que a pesar de la aceptación del soberano dos años después con la Real Cédula del 20 de febrero en la que presentaba a Fray Francisco Jiménez como obispo, éste fallece sin haber llegado a obtener las bulas respectivas de su institución episcopal.[5]

Ilustrísimo Señor Doctor Sebastián Ramírez de Fuenleal, Obispo de Santo Domingo y La Concepción, Presidente de la Segunda Audiencia de México. Grabado en un libro de cuentas, 2019.

            A pesar de la notable refundación del Obispado de Yucatán el 16 de noviembre de 1561, la situación con respecto a la provincia tabasqueña no mejoró en lo más mínimo, los obispos que realizaron la visita pastoral muy poco favorecieron estas iglesias, los escasos sacerdotes visitaban de cuando en vez a su feligresía diseminada por todo el territorio y su delimitación territorial estaba fraccionada, por ejemplo, el cantón territorial del actual municipio de Huimanguillo pertenecía a la mitra de Antequera en Oaxaca, los diezmos de la región serrana (atendida principalmente por los padres dominicos que residían en el convento de Tacpatán) estaban en disputa con el obispado de Chiapa que durante la segunda mitad del siglo XVI y hasta finales del XVII se mantuvo en litigio con el obispado de Yucatán.

Tabla de Obispos que pasaron a Tabasco en plan de visita y de pastoral.

AÑO
VECES
PRELADO
DIÓCESIS
1535
1
Visitador del Obispo de Tlaxcala, P. Juan Revollo
Tlaxcala
1545
1
Fray Bartolomé de las Casas, OP*
Chiapa
¿1551?
1
Fray Tomás de Casillas, OP
Chiapa
1564  y 1569
2
Fray Francisco Toral, OFM**
Yucatán
1575
1
Fray Diego de Landa Calderón, OFM
Yucatán
1632
1
Fray Gonzalo de Salazar, OSA***
Yucatán
1665
1
Fray Luis de Cifuentes y Sotomayor, OP
Yucatán
1681
1
Juan de Escalante Turcios y Mendoza****
Yucatán
1683 y 1687
2
Juan Cano y Sandoval
Yucatán
1697
1
Fray Antonio de Arriaga y Agüero, OSA
Yucatán
1710
1
Fray Pedro de los Reyes Ríos de la Madrid, OSB*****
Yucatán
1718 y 1728
2
Juan Leandro Gómez de Parada Valdés y Mendoza
Yucatán
1732
1
Juan Ignacio María de Castorena y Urzúa de Villarreal
Yucatán
1746 y 1752
2
Fray Francisco de San Buenaventura Martínez de Tejada y Díez de Velasco, OFM
Yucatán
1764 y 1770
2
Fray Antonio Alcalde y Barriga, OP
Yucatán
1774
1
Diego Bernardo de Peredo y Navarrete
Yucatán
1777
1
Antonio Pascual de San Pedro de Alcántara Caballero y Góngora
Yucatán
1782
1
Fray Luis Tomás Esteban de Piña y Mazo, OSB
Yucatán
1804
1
Pedro Agustín Estévez y Ugarte
Yucatán
1835
1
José María Antonio Mariano Francisco de Paula Guerra y Rodríguez Correa
Yucatán
1865
1
Carlos Manuel Ladrón de Guevara
Chiapas
1870
1
Germán Ascensión Villalvaso y Rodríguez
Chiapas

* OP: Orden de Predicadores      ** OFM: Orden de Frailes Menores      *** OSA: Orden de San Agustín   
**** Clérigo Secular o Diocesano         ***** OSB: Orden de San Benito.

Fuentes: Carrillo y Ancona, Crescencio: El Obispado de Yucatán…; Andrade, Vicente de P.: Noticias biográficas de los Ilmos. Sres. Obispos de Chiapas…; Rico Medina, Samuel: Los predicamentos de la fe…


            El notable gobernante de Yucatán, Diego de Quijada pidió en 1564 a Felipe II que se fundase un obispado que agrupara los territorios de Coatzacoalcos, Veracruz y Tabasco y que la catedral se asentara en éste último sitio, ya que consideraba a Veracruz como una tierra enferma, además el acopio de diezmos sería mayor, unido a la numerosa presencia de religiosos. Además presentaba como candidatos a fray Domingo de Tineo de la orden de Santo Domingo y a fray Antonio Quijada de la orden de San Francisco. Como había sucedido con fray Francisco Jiménez, fray Domingo de Tineo había sido elegido obispo, pero fallece en Puebla en 1567, al año siguiente don Martín Enríquez de Almanza que llegaba como Virrey de la Nueva España traía la respectiva bula de su institución. Lo que sí había de seguro en las intenciones de Quijada eran las profundas divergencias entre él y el obispo De Toral.[6]

            Los últimos intentos en pedir un Obispado en el siglo XVI, salieron de las plumas tanto de autoridades civiles y como de las eclesiásticas; la primera respondía efectivamente a una realidad sociopolítica, como el caso del gobernante Nuño de Chaves de Figueroa en 1592, que buscaba la independencia política de Yucatán y veía un buen negocio en desprenderse de ella en esta forma, evitando la salida de grandes cantidades de diezmos e ingresos de capellanías.[7] La segunda a una necesidad puramente pastoral, el religioso fray Pedro Suárez de Escobar (probablemente franciscano) escribía al Rey en 1577 renovando las viejas peticiones de Fuenleal y Las Casas, que fundara algunas mitras como Chilapa, Goazacualcos y Meztitlán y que fueran encargadas a los religiosos. Pero no fue respondida esta solicitud hasta 30 años después cuando el Rey Felipe III se carteaba con el Arzobispo de México, Ilmo. y Excmo. Sr. Dr. Dn. Pedro García de Santa María Mendoza y Zúñiga el 24 de mayo de 1606 sobre la factibilidad de crearlas, sin obtener en nada resultados favorables para la provincia.[8]

La administración eclesiástica mantenida por Yucatán estaba delegada por el Obispo en un vicario in cápite (elegido por el cabildo catedral) y a su cargo un número de sacerdotes del clero regular y secular que prestaban el servicio en las pocas parroquias de la provincia de Tabasco, que a pesar de su extenso territorio se encontraba completamente reducida, éstas abarcaron hacia finales del siglo XVIII los 8 pueblos y sus anexos en que estaba dividida políticamente, a decir: San Juan Bautista de Villahermosa, Teapa, Cunduacán, Jalpa, Macuspana, Nacajuca, Jalapa y Tacotalpa, en total 8 parroquias.[9]

            Ya a principios del siglo XIX, el olvido de la provincia hizo eco en el cura de Cunduacán, José Eduardo de Cárdenas y Romero que siendo diputado constituyente por la provincia de Tabasco en las Cortes Generales y Extraordinarias de Cádiz en España en 1811, presentó su Memoria a favor de la Provincia de Tabasco donde elevó las necesidades que en lo civil y eclesiástico requerían un remedio urgente. Solicitó a su Majestad la fundación del Obispado de Tabasco para que se atendiera debidamente a cada uno de los feligreses tabasqueños y todas las parroquias que se encontraban en plena decadencia material y espiritual a causa del mal servicio pastoral por parte de los prelados yucatecos.[10]

Pbro. Dr. José Eduardo de Cárdenas y Romero, cura párroco de Cunduacán, Tabasco y Diputado por la Provincia de Tabasco a las Cortes Generales y Extraordinarias de Cádiz. Propiedad de Alfonso Bouchot.

Con la consumación de la independencia con respecto a la Metrópoli en 1821, la provincia de Tabasco se eleva a categoría de Estado gracias al Acta Constitutiva de la Federación Mexicana de 1824 y se establece la formación de un Congreso local, mismo que años después, el 22 de febrero y 10 de marzo de 1829 darían un célebre decreto no. 24 que con 4 capítulos y 21 artículos rompería imaginariamente las relaciones entre la mitra yucateca y la iglesia tabasqueña,[11] en esta disputa relucieron a la par con los gobernantes y diputados (entre los que se encontraba el hermano del vicario, el diputado Miguel Quiroga), el Vicario in cápite José Eugenio Quiroga y su teniente de cura José María Alpuche e Infante que por su participación no tardaron en ser reprendidos en una Carta Pastoral y un Oficio dictado por el Gobernador de la Mitra sede vacante José María Meneses, solucionándose así este conflicto por el dominio del poder eclesiástico, no sin antes advertirles que si deseaban un obispado en Tabasco deberían atender primero a la solicitud necesaria de la Santa Sede Apostólica y de la Mitra yucateca.[12] Este suceso estaba notablemente inspirado en las anteriores declaraciones del cura Cárdenas y la situación política convulsa que estaba viviendo tanto el país como el estado en asuntos religiosos.

Prácticamente casi todo el siglo XIX, fue una lucha constante entre el clero (Iglesia) y el gobierno (Estado), la síntesis de sumisión y repulsión, Tabasco en su liberalidad, pudo conjugar la catolicidad y la política de una forma armónica, prueba de ello era el crecimiento de las parroquias, que suponía igualmente el poblacional en las municipalidades. Además, el Vicario in cápite fray Eduardo de Moncada, OFM estaba aliado al gobierno liberal por conveniencia política o por el temor a las represalias ocasionadas por las famosas Leyes de Reforma que estaban empezando a surtir efecto a lo largo y amplio del territorio mexicano. Para 1857, eran ya 10 las parroquias diseminadas en todo el territorio, en la Constitución de ese año el cantón de Huimanguillo pasaba definitivamente a Tabasco pero no su parroquia que aún seguía sujeta a Antequera. Las parroquias eran todas las anteriormente mencionadas, las de Usumacinta y Frontera que había adquirido ya categoría de parroquias.[13] Esta era la panorámica que presentaba la Iglesia tabasqueña para el comienzo de las gestiones del Obispado.

Carta Pastoral de Gobernador la Mitra de Yucatán al Vicario in Cápite del Estado de Tabasco en contestación al oficio con que acompaña un ejemplar del decreto N. 24 de aquella H. Legislatura. 1829. CAIHY, Biblioteca Crescencio Carrillo y Ancona, Fondo Reservado, Coloc. 253.09C37 – 1829.

Lic. Eddy Lorenzo González Jiménez, historiador.




[1] Esta cuestión del Obispado Carolense fue muy discutida en el siglo XIX por Carrillo y Ancona en su obra El Obispado de Yucatán y por Molina Solís en su contestación histórica El primer obispado de la nación mejicana.
[2] En la Real Provisión del 19 de septiembre de 1526 el emperador Carlos manifiesta sus deseos de que los límites del Obispado abarquen: “… la Provincia Tlaxcaltechle inclusive, y San Juan de Ulúa que confina con Aguas Vertientes, hasta llegar a Matlata e inclusive, y la Villa-Rica de Vera-Cruz, y la Villa de Medellín con todo lo de Tabasco, desde el río Grijalva hasta llegar a Chiapas.”. Carrillo y Ancona, Crescencio: El Obispado de Yucatán…, p. 56. Las problemáticas que surgieron sobre los territorios, jurisdicciones y las fundaciones de los obispados durante los siglos XVI al XVIII pueden verse en el excelente artículo de De la Torre Villar, Ernesto: Erección de obispados…, p. 1-61.
[3] Rico Medina, Samuel: Los predicamentos de la fe…, p. 46.
[4] En un lugar del hoy país de Honduras llamado Gracias a Dios el 9 de noviembre de 1545, el Obispo Las Casas le decía al Príncipe Felipe (luego Felipe II) que: “… me haga merced de descargarme de la ciudad de Chiapa y de Soconusco y de Yucatan… y haga obispos de Chiapa a otro, y de Tavasco y Guacaquialco a otro, y de Yucatan a otro, y de Soconusco a otro…”. Motivado por la enorme extensión territorial que pastoreaba, por no estar sometidos muchos pueblos indígenas y por los constantes conflictos que tenía con los encomenderos de Ciudad Real y otros pueblos. Aviña Levy, Edmundo (edit.): Cartas de Indias, Tomo I. Artículos Metálicos ELE. México, 1970, pág. 36.
[5] Vera, Fortino Hipólito: Catecismo Histórico-Geográfico-Estadístico…, p. 283.
[6] Jiménez Abollado, Francisco Luis: Los cambios jurisdiccionales… págs. 91-92.
[7] Ibídem, p. 94.
[8] Vera, Fortino Hipólito: Catecismo Histórico-Geográfico-Estadístico…, p. 283.
[9] Gil y Sáenz, Manuel: Compendio histórico…, pág. 41; Martínez Assad, Carlos: Breve historia…, 43.
[10] Esta visión se completaba con una serie de recriminaciones que hacía el cura Cárdenas a las Cortes en favor de Tabasco: a) la enorme distancia de Mérida hacia Tabasco, b) el preferitismo de los prelados por dar a los yucatecos curatos y beneficios, c) la salida de grandes cantidades de diezmos para la mitra y d) el incumplimiento de los curas en sus obligaciones sacerdotales. Cárdenas y Romero, José Eduardo de: Memoria a favor…, págs. 166-170.
[11] Las causas que ocasionaron esta ley corresponden a lo ya afirmado en la nota anterior y que recopiló el destacado historiador Mestre Ghigliazza, Manuel: Documentos y datos para…, Tomo I, p. 370. La postura que adoptó la Iglesia en Yucatán sobre este sonado asunto la trató Carrillo y Ancona, Crescencio: El Obispado de Yucatán…, p. 1012.
[12] Dice Meneses en esta pastoral al Vicario in cápite como último punto resolutivo: “… siempre miraremos al territorio de Tabasco como parte integrante del Obispado de Yucatán, mientras no se divida y separe por autoridad competente y en la forma debida...”. Carta pastoral del gobernador de la mitra de Yucatán…, CAIHY: BCCA, Fondo Reservado, 253.09C37 – 1829.  Nuevamente el Gobernador de la Mitra en este Oficio recomienda al Pbro. Quiroga que: “… Si el Estado de Tabasco desea que en su territorio se erija una nueva iglesia, represente las causas; óigase al gobierno de esta Mitra; elévese todo al conocimiento de los Poderes Supremos de la República… [que] dirigirán las preses a Su Santidad para que las resuelva…”. Oficio del Sr. Vicario Capitular y gobernador del Obispado de Mérida de Yucatán…, en Mestre Ghigliazza, Manuel: Documentos y datos…, Tomo I, págs. 372-378.
[13] La parroquia de Huimanguillo estaba aún sujeta temporalmente a la Diócesis de Antequera y los acuerdos para el traspaso se dieron hasta 1881. Estas parroquias tabasqueñas tenían también a su cargo 78 iglesias, 30 ermitas y 6 oratorios. Vera, Fortino Hipólito: Catecismo Histórico-Geográfico-Estadístico…, p. 283.