domingo, 16 de agosto de 2020

DE CÓMO SE ELEVÓ LA VISITA DE TEAPA A PARROQUIA EN 1754

 RESEÑA DE LA ERECCIÓN DE LA PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL DE TEAPA



      Desde finales del siglo XVI, terminado el "proceso" de evangelización y conformadas las comunidades cristianas de bautizados en torno a los conventos de religiosos de las diversas órdenes (franciscanos, dominicos, agustinos, mercedarios y jesuitas), las diócesis fueron adquiriendo poco a poco poder estamental dentro del sistema eclesiástico de la Nueva España, a tal grado, que el propio rey Felipe II se encargó de establecer varias durante su gobierno, colocando muchas veces religiosos, pero con el paso del tiempo a seculares que tomaron en sus manos la tarea legada por los frailes.

     Éstos primeros obispos religiosos, tendían en primera instancia a anteponer sus derechos como parte de las órdenes a las cuales pertenecían, sin embargo, al momento de ser elevados a la silla episcopal realizaban un juramento de obediencia al rey según dictaminaba el Real Patronato Indiano, con ello aseguraba la corona tener bajo su mano las facultades de decisión en materia eclesiástica, misma que los obispos debían aceptar, aunque ello supusiera un notable conflicto con los religiosos, como ejemplo de lo anterior tenemos a fray Francisco de Toral, OFM que llegó a Obispo de Yucatán y que mantuvo siempre una disputa con los franciscanos de su obispado, a pesar de pertenecer a la misma orden o cuando debía realizarse un Sínodo o Concilio Provincial en las arquidiócesis o diócesis, debían pasar a revisión los decretales en materia religiosa por manos del Consejo de Indias para su ejecución, todo esto formó parte de lo cotidiano dentro del marco jurídico novohispano.



     Cuando el rey por petición del Consejo de Indias, consideró que era necesario ir quitando a los frailes, en primer lugar "poder" y en segundo que ya era tiempo de regresar a la vida conventual dejando el trabajo de otros "obreros" de manera tal que entregasen las "doctrinas" a manos de los sacerdotes seculares que estaban a la puerta esperando también participar del gran proyecto evangelizador iniciado por los frailes, y cuyo número crecía considerablemente por lo cual solían muchos de ellos formarse anticipadamente en los famosos Seminarios Conciliares Tridentinos, bajo cuya legislación emanada del Concilio Ecuménico de Trento ordenaba su creación en todas las diócesis donde hubiese un obispo católico.

     Para hacer efectivo el traspaso, el rey ordenó por distintas reales cédulas encargando a los metropolitanos y sufragáneos con vara de justicia en los virreyes y demás administradores gubernamentales locales, que en las distintas ciudades en las cuales existiendo muchos conventos de frailes "entregaran" sus doctrinas a manos de los sacerdotes seculares, situación que generó un conflicto entre los dos cleros, tanto regular como secular, alegando éstos últimos que en la primera evangelización ellos fueron los responsables directos de la instrucción doctrinal a los indígenas y demás castas, que al quitarles los centros de enseñanza de la doctrina cristiana como son las visitas, doctrinas y parroquias se les haría un daño perjudicial pues veían a los frailes como a padres bondadoso que al ser cambiados verían con malos ojos a los seculares. El siglo XVII fue un continuo conflicto de sucesión de poderes y que no encontró solución hasta el siglo entrante.

     Bajo esta premisa, existía un determinante mandato, que se entregaran ciertas visitas, doctrinas o parroquias a manos del clero secular; el punto más álgido llegó en 1749 cuando el rey Felipe V emitió una real cédula en la que en todo el Arzobispado de México debía sujetarse a las ordenaciones dispuestas en los decretos episcopales, los breves apostólicos y la legislación indiana en lo que respecta a la jurisdicción interna de las órdenes religiosas, de tal manera que el arzobispo de México consideraba únicamente conventos y territorio conventual donde existieran el ordenamiento constitutivo de cada "religión" como lo marcaban sus respectivas legislaciones, en el caso de los conventos serían aceptados únicamente aquellos que tuvieran más de 12 miembros, si tenían menos debían entregarse a la administración secular, existiendo un referente en una bula del Papa Paulo V de la se valieron para las secularizaciones.

     En Yucatán, enterado de las disposiciones, el nuevo arzobispo-obispo, Ilmo. y Rvmo. Sr. Dr. y Mtro. Dn. Fray Ignacio de Padilla y Estrada, del Orden de San Agustín y bajo las órdenes directas del metropolitano, el arzobispo de México, conociendo la situación imperante en Tabasco con respecto a la evangelización de los pueblos de la sierra zoque, gracias al detallado informe dado por el Vicario in cápite de la provincia con residencia en el pueblo de Cunduacán, hizo visita pastoral desde 1753 hasta el 54, verificando no solamente lo que ya sabía por parte de su lugarteniente eclesiástico, sino que constató personalmente que existía una mala atención de los pueblos por parte de la Orden de Predicadores de la Provincia de San Vicente Ferrer de Chiapa y Guatemala, por dos situaciones, la primera es el poco personal que contaba la Vicaría conventual de Oxolotán, ya que el máximo número que alcanzó durante los casi 200 años de administración fueron de 6 frailes y no todos sacerdotes, y en segundo lugar, tomaron más importancia a la satisfacción económica y mercantil de cacao de sus haciendas que entre todas la más conocida fue la de San Raimundo Poposá.



     Los pueblos serranos tabascanos que pertenecían a la Diócesis de Yucatán pero dependientes de la administración dominica fueron: Oxolotán, Puxcatán, Tacotalpa, Tapijulapa, Teapa, Tecomaxiaca, Jalapa, Astapa y Jahuacapa. Todos ellos eran "visitas", es decir, eran visitados casi regularmente por un fraile dominico que permanecía una temporada y posteriormente pasaba a otro pueblo; la visitas conformaron al mismo tiempo un método de evangelización poco efectivo para la impartición de sacramentos y la enseñanza de la doctrina cristiana, pues no existía un seguimiento de ellos en los cristianos bautizados. El arzobispo-obispo Padilla a mediados del año 1754, analizando esta situación y con la severa reforma borbónica en la organización territorial, las "visitas" se convirtieron en cabeceras, esto fue propiciado por un incremento demográfico y por la importancia económica que derivaba del poblado en cuestión, elementos que fueron tomados en cuenta por el prelado para tomar la decisión cruda pero justa de quitar la administración eclesiástica de la sierra tabascana a los dominicos que la habían recibido en 1575 de manos de su antecesor, el obispo Landa.

    Teapa había crecido paulatinamente y se había convertido en un importante productor de cacao junto a Tacotalpa y otros lugares de la provincia, eso auspició la llegada de españoles que en unión a su excelente clima, fue un centro político y religioso en progreso. Las consideradas cabeceras que el obispo Padilla elevó a rango de parroquias fueron: Tacotalpa, Jalapa y Teapa, el 15 de agosto de 1754, fiesta de la Asunción de María, firmando el decreto en el "curato" de Tacotalpa, término que se designará en adelante a las parroquias administradas por el clero secular. A los dominicos de Oxolotán únicamente le dejaron Tapijulapa y Puxcatán, cuyo golpe cayó precisamente en la gran fiesta que ellos celebraban con tan grande solemnidad, sin embargo, no respondieron mal a la decisión episcopal y entregaron las nuevas parroquias.

     Pero no todo terminaba con la entrega a sacerdotes seculares, el problema de la Diócesis de Yucayán con respecto a la provincia de Tabasco es que los presbíteros diocesanos no querían aceptar la encomienda de curatos lejos de la sede diocesana, por lo tanto, los mismos dominicos siguieron administrando las nuevas parroquias hasta encontrar un sacerdote secular idóneo para administrarlas, en el caso de Teapa que se quedó con Tecomaxica, fray Pedro Pruneda estuvo al frente de la parroquia por casi 10 años hasta que llegó el Pbro. José Antonio de Acosta el 4 de junio de 1765 que desde entonces la parroquia de Santiago Apóstol ha conservado su calidad de curato diocesano siguiendo una línea secular por 266 años.


Lic. Eddy Lorenzo González Jiménez, historiador.


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Bibliografía:

  1. Aguirre, Rodolfo: "La secularización de doctrinas en el arzobispado de México, realidades indianas y relaciones políticas, 1700-1749", en Hispania Sacra, LX, no. 122, julio-diciembre de 2008, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, España, págs. 487-505.
  2. Aguirre Salvador, Rodolfo: "La secularización de doctrinas en 1749, argumentos y realidades. El caso del arzobispado de México", XI Jornadas Interescuelas / Departamentos de Historia. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Tucumán, San Miguel de Tucumán, 2007, 19 págs.
  3. Rocher Salas, Adriana: "La política eclesiástica regia y sus efectos en la diócesis de Yucatán", en Revista Complutense de Historia de América, vol. 30, Universidad Complutense de Madrid, Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, 2004, págs. 53-76.
  4. González Jiménez, Eddy Lorenzo: "Relación de sacerdotes que han regido la parroquia de Santiago Apóstol de Teapa" en https://historicasteapa.blogspot.com/2020/07/relacion-de-sacerdotes-que-han-regido.html, revisado el 15 de agosto de 2020.