domingo, 30 de diciembre de 2018

POSADAS, NACIMIENTOS Y ALGO MÁS...

Las festividades navideñas en Teapa



Navidad en Greccio (1223), representación del primer nacimiento que realizó San Francisco de Asís.

     Las actuales festividades navideñas son cuestiones culturales y tradicionales que se han compartido por muchos años en todo México, herencia que nos han heredado los españoles que aún vivían impregnados por las creencias medievales y la celebraciones religiosas que impuso la Iglesia católica. La historia real de los pesebres nos traslada hasta la gruta de Greccio en la Umbría italiana donde en 1223 se celebra por primera vez la Navidad casi a la manera en la que actualmente celebramos, es el mismo San Francisco de Asís quien inicia ésta tradición colocando un pesebre con animales y en medio una bella imagen de Jesús, donde se realiza la celebración junto a los comarcanos que llegaron a participar de la misma. Su biógrafo, Tomás de Celano detalla de manera poética y celestial ese místico momento:

"Unos quince días antes de la navidad del Señor, el bienaventurado Francisco le llamó [a Juan, un hombre de buena fama y de mejor tenor de vida], como solía hacerlo con frecuencia, y le dijo: 'Si quieres que celebremos en Greccio esta fiesta del Señor, date prisa en ir allá y prepara prontamente lo que te voy a indicar. Deseo celebrar la memoria del niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos, lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue reclinado sobre heno entre el buey y el asno'... Llegó, en fin, el Santo de Dios, y, viendo que todas las cosas estaban dispuestas, las contempló y se alegró. Se prepara el pesebre, se trae el heno y se colocan el buey y el asno... El santo de Dios está de pie ante el pesebre, desbordándose en suspiros, traspasado de piedad, derretido en inefable gozo. Se celebra el rito solemne de la misa sobre el pesebre y el sacerdote goza de singular consolación... Luego predica al pueblo que asiste..." (1 Cel. 84-86)
El presepio como se le denomina en Italia fue celebrado en todos los lugares donde la presencia franciscana se encontraba, especialmente la vieja Europa.

     Es por ello que esa migración tradicional se dio en España donde aún para el tiempo de la conquista en América perduraban las tradiciones medievales. La evangelización franciscana en la Nueva España propició el establecimiento de obras sacro-históricas denominadas “pastorelas”, que son obras de teatro de carácter pastoril, de campo (en recuerdo a los pastores de Belén) que se representaban con el fin de evangelizar a los indígenas, de ese sincretismo religioso mismo salieron las danzas mestizas entre santos e ídolos prehispánicos. La colocación de los nacimientos rindieron fruto en todos los rincones de México, una tradición que perduraría hasta el presente, y que según los informes de los religiosos dominicos de Oxolotán, en los documentos que se encuentran en el Archivo Histórico Diocesano de San Cristóbal de Las Casas, refieren que los nacimientos en Theapa eran "vistosos y coloridos por la cantidad de figurillas traídas de Ghoatemala hechas de barro cocido y pintadas a mano".

Nacimiento monumental elaborado por el Movimiento Centro Pascua en 2009 en el templo parroquial de Santiago Apóstol. Propiedad fotográfica ELGJ.

     Esta tradición medieval-colonial de la colocación de los nacimientos o pesebres en Teapa la podemos fechar a mediados del siglo XVII, inclusive algo más temprano, además de saber que las piezas no eran originarias de la entonces Provincia de Tabasco, sino que su manufactura se realizaba en Guatemala, ya que siempre se ha considerado como el exponente colonial de la fabricación de imaginería religiosa del suereste de la Nueva España. Un lugar donde tradicionalmente se ha colocado año tras año el nacimiento ha sido en el templo parroquial, inclusive los dominicos (que copiaron e inculturaron perfectamente bien los nacimientos franciscanos por la importancia de ese tiempo litúrgico) cuando dejan huella desde mediados del siglo XVII y principios del XVIII han colocado el pesebre en la iglesia parroquial, desafortunadamente carecemos de mayores datos de esas épocas más lo que hemos consignado anteriormente, pero a pesar de la persecución y destrucción de imágenes religiosas en el siglo XX hasta el presente, es una realidad cultural que no desaparece, su colocación anual es evidente en el templo parroquial de Santiago Apóstol.

     Las familias teapanecas no dejan de colocar sus pesebres de forma particular al acercarse las fechas navideñas, muy representativo ha sido siempre el de don Gonzalo Pérez Toca que anualmente representa la ciudad de Teapa con sus figurillas, la plaza, la fuente de El Mure, el templo parroquial, el Ayuntamiento y otros edificios que simbolizan claramente un obsequio de este pueblo a la figura del niño Jesús. Las hermanas Landero (Olga, Pilar y Martha qepd) que con fe y devoción realizan su pesebre y no ha pasado año que no esté presente para estas fechas. Los González Olán heredaron esa hermosa tradición de su señora madre, los Álvarez Quintero que tenían su nacimiento monumental en su casa en la calle Carlos Ramos y que desafortunadamente ya no se coloca por no habitar la familia en ese sitio.

Nacimiento de la familia González Olán (2013). Propiedad fotográfica ELGJ.

     La antropóloga Amanda Casanova González refiere que allá por los años 50's, el nacimiento más bonito era el de don Felipe Pérez, hermano de don Gonzalo, y nos narra la forma originalmente de dicho nacimiento, muy distinta a la que conocí y que dejé consignada líneas arriba, éste representaba al antiguo Teapa, "con el bello arco de a la entrada, el puentecito, la calle Gregorio Méndez con las casas de don Geño Quintero, Lilia Aguilar, Ofelia Rosado, Amadita Cano, la tienda de la Chula, la iglesia del Sr. Santigo, la de Esquipulas y Tecomajiaca, el Mure con sus chorritos de agua y el palacio municipal". El niño Jesús, tan venerado pertenecía al templo parroquial y durante la persecución religiosa, el sacristán se lo entregó a don Felipe para que lo ocultara y habiendo pasado el problema, el sacerdote Carlos González Rubio se lo obsequió. Otro nacimiento era el de don Bolívar Gurría, "la entrada de su casa tenía un caminito entre plantas y árboles, también ese nacimiento tenía El Mure, casitas de madera bien elaboradas, figuras de barro y las plantitas de arroz y maíz", su casa estaba ubicada en donde hoy se encuentra la central camionera TVT, conocido como los Quintero.

     En palabras de Casanova González la hechura de los mismo comenzaba desde las festividades guadalupanas, para que al inicio de las posadas ya estuviera el "misterio" presente en las casas. El "misterio" estaba representado por Jesús, José y María, el ángel y los animales más representativos como la mula o asno y el buey, se le denomina "misterio", como bien refiere el historiador André Capetillo, porque son los primeros misterios del Rosario conocidos como "Gozosos" en alusión al nacimiento del Salvador. Su confección iniciaba con la colocación de "tablas, bancos y cajas" que resultarían el soporte a todo el nacimiento, además, para cubrirlo se utiliza el "heno o pasto", papel plateado semejando cascadas, "el pesebre hecho de corteza de árbol, .... casitas de cartón pintadas con techos rojos esparcidas en los cerros, en los valles, las ramitas que semejan árboles, ... las gallinas, pollos y pavos en el corral y los personajes: la molendera, el vaquero, el aguador, los pastores, las venteras y los reyes magos, muñequitos de barro artísticamente pintados", dice Casanova González.

El autor de niño, en la representación de San José en la entrega de un niño Jesús robado y devuelto a la familia Zetina Martín. Propiedad fotográfica ELGJ.

     Llegado el día especial, la Nochebuena, todos al rededor del nacimiento esperando las 12 de la noche esperando el momento para colocar la imagen del niño Jesús en el pesebre, realizando algunos cantos de arrullo o simplemente elevando una plegaria; tradición es, y es algo que siempre se nos enseñó, el día 24 se acuesta la imagen, el 31 se sienta en una sillita de madera y el día 6 de enero se pone de pie, quizá varíe en algunos hogares la forma tradicional de colocarlos. Para levantar el nacimiento es siempre conveniente realizar un rosario donde se invitan a familiares y vecinos y al final romper una piñata para los niños y repartir platillos a los adultos, todo producto de la fe y devoción.

     En ciertos casos, durante los días consecutivos al 25 de diciembre, las familias tenían que estar pendientes de sus nacimientos, no fueran a robarles el niño Jesús, obra que antaño significaba una solicitud llamada "manda" para que aquella persona que robara el niño al momento de cumplirle Dios su petición, estaba obligado a devolver la imagen a la familia con mariachi, fiesta y rosario, desafortunadamente, hoy se los roban y no los devuelven, ya sea por vender la imagen o porque no se les cumplió la petición, pero en muchos casos todo, menos devoción y fe.

     Y qué decir de las posadas que se acostumbraban a realizar durante nueve días antes de la navidad, la rama que ha perdido ya su razón de ser aunque algunos niños la han ido recuperando con la finalidad de tener recursos económicos para comprar pirotecnia pero que no representa realmente la tradición, ya no se ven a los niños representando a José y María, ni de pastores; el consumismo ha hecho desaparecer muchas tradiciones que nuestro pueblo ha celebrado por siglos y décadas. La recuperación de ese patrimonio intangible le corresponde únicamente a la sociedad y su fomento a los sectores propios de Cultura de nuestro municipio, no dejemos caer en el olvido aquello que nos es propio y ha dado identidad cultural al México moderno.



Lic. Eddy Lorenzo González Jiménez, historiador.


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Bibliografía:


  • González Jiménez, Eddy Lorenzo: De posadas y nacimientos en Teapa. Artículo publicado para el Semanario Tribuna de Tabasco el 24 de diciembre del 2013, año XV, no. 303. Teapa, Tabasco.
  • Guerra, José Antonio (1995): San Francisco de Asís. Escritos y biografías. Documentos de la época. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, págs. 192-193.
  • Casanova González, Amanda (2003): Un río de Recuerdos. Relatos costumbristas de Teapa. Edición particular de la autora. Villahermosa, Tabasco, págs. 113-115.
  • Ordóñez Capetillo, André Efrén (20018): historiador, comunicación personal. 

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